El Presidente Lyndon B. Johnson firma la Ley de Inmigración y Nacionalidad en Liberty Island, Nueva York. La nueva ley elimina el sistema de cupos nacionales impuesto por la Ley de Inmigración de 1921.
"El proyecto de ley que firmaremos hoy no es un proyecto revolucionario. No afecta a las vidas de millones. No remodelará la estructura de nuestras vidas diarias ni incrementará significativamente nuestra riqueza y poder. Sin embargo, es una de las acciones más importantes de este Congreso y esta administración. Repara un defecto profundo y doloroso en la fábrica de la justicia americana. Corrige un error cruel y duradero en la conducta de la Nación americana", dice el Presidente número 36 de los Estados Unidos.
"El proyecto de ley dice simplemente que, desde este día en adelante, aquellos que deseen inmigrar a América deben ser admitidos de acuerdo con su talento y su estrecha relación con aquellos que ya están aquí. Esta es una prueba simple y es una prueba justa. Aquellos que más puedan contribuir a nuestro país -a su crecimiento, a su fortaleza, a su espíritu- serán los primeros en ser admitidos en este país", proclama Johnson.
"La legitimidad de este estándar es tan evidente que puede que nos asombre que no haya sido aplicado siempre. Pero el hecho es que durante más de cuatro décadas, la política migratoria de los Estados Unidos ha sido malinterpretada y distorsionada por la severa injusticia del sistema de cupos según el origen nacional. Bajo ese sistema, la capacidad de nuevos inmigrantes de venir a América dependía de su país de nacimiento. Solo a tres países se les permitía suministrar el 70 por ciento de todos los inmigrantes. Las familias quedaban separadas porque un marido o una mujer o un niño habían nacido en el lugar equivocado. Se les negaba la entrada a hombres con los talentos y capacidades requeridas porque procedían del Sur o el Este de Europa o de uno de los continentes en desarrollo.
"El sistema violaba el principio básico de la democracia americana, el principio que valora y premia a cada hombre basándose en su mérito como hombre. Ha sido antiamericano en su sentido máximo porque no ha sido fiel a la fe que trajo a miles a estas costas antes incluso de que fuéramos un país. Hoy, con mi firma, este sistema queda abolido".
7 de abril de 1980
Cuando los cincuenta rehenes estadounidenses cumplen 156 días de cautiverio en Teherán, el Presidente Jimmy Carter anuncia la ruptura total de relaciones diplomáticas con Irán, que incluye la prohibición de exportaciones a la república islámica de Asia Occidental y la congelación de los fondos iraníes en EEUU, que serán contabilizados para indemnizar a los rehenes cuando sean liberados y pagar las demandas de las empresas estadounidenses contra Irán.
El Presidente también impone un bloqueo de la inmigración procedente de Irán, denegando nuevos visados a los ciudadanos iraníes y sometiendo a los estudiantes iraníes que ya se encuentran en Estados Unidos a estrictos controles bajo amenaza de ser deportados en caso de cualquier violación de los términos establecidos en sus visados.
"Los pasos que he ordenado hoy son todos necesarios ahora. Otras acciones pueden ser necesarias si estos pasos no producen la rápida liberación de los rehenes", dice Carter en la sala de prensa de la Casa Blanca.
6 de noviembre de 1986
El Presidente Ronald Reagan firma la bipartidista Ley de Reforma y Control de la Inmigración, patrocinada por el Congresista demócrata Romano Mazzoli y el Senador republicano Alan Simpson. La ley tiene tres metas: sancionar a los empleadores de inmigrantes ilegales, incrementar la aplicación de las leyes migratorias y ofrecer una vía de legalización a dos tercios de los cinco millones de indocumentados que hay en el país.
"Nuestro objetivo es solo el de establecer un sistema migratorio razonable, ordenado y seguro sin discriminar de ninguna manera a naciones y personas particulares", declara el Presidente en la ceremonia de la firma en la Sala Roosevelt de la Casa Blanca, rodeado de legisladores de los dos partidos, entre los que vemos a un joven Chuck Schumer representando al 16º distrito de Nueva York.
"Las futuras generaciones de americanos", dice Reagan, "estarán agradecidas por nuestros esfuerzos para recuperar humanamente el control de nuestras fronteras y con ello preservar el valor de uno de los bienes más sagrados de nuestro pueblo: la ciudadanía estadounidense".
31 de enero de 1990
"Nuestra nación es el sueño imperecedero de todos los inmigrantes que alguna vez pisaron estas costas y los millones que todavía luchan por ser libres. Esta nación, esta idea llamada América, fue y siempre será un nuevo mundo, nuestro nuevo mundo", dice el Presidente George H.W. Bush ante las dos cámaras del Congreso en su discurso sobre el estado de la Unión. La breve referencia a la inmigración se incluye dentro de una reflexión más general sobre el Sueño Americano.
24 de enero de 1995
El Presidente Bill Clinton describe sus planes para abordar el problema de la inmigración ilegal en el discurso sobre el estado de la Unión:
"Todos los americanos, no solo en los estados más afectados sino en cada lugar de este país, están alterados con razón por el gran número de extranjeros ilegales que entran en nuestro país. Los trabajos que ocupan podrían ser ocupados por ciudadanos o inmigrantes legales. Al utilizar los servicios públicos se aprovechan de nuestros contribuyentes. Por ello nuestra administración se ha movido agresivamente para asegurar más nuestras fronteras contratando un número récord de guardias fronterizos, deportando el doble de extranjeros ilegales que nunca antes, tomando medidas contra la contratación ilegal y prohibiendo los beneficios sociales para extranjeros ilegales. En el presupuesto que os presentaré, intentaremos hacer más para acelerar la deportación de extranjeros ilegales que sean arrestados por haber cometido crímenes y para identificar mejor a los extranjeros ilegales en su lugar de trabajo.
"Somos una nación de inmigrantes. Pero también somos una nación de leyes. Está mal y es básicamente contraproducente para una nación de inmigrantes permitir el tipo de abuso de nuestras leyes migratorias que hemos visto en los últimos años, y debemos hacer más por pararlo".
Ovación de pie.
15 de mayo de 2006
En un discurso de cerca de veinte minutos emitido en directo desde el Despacho Oval en horario de máxima audiencia, el Presidente George W. Bush anuncia el envío de 6,000 efectivos de la Guardia Nacional a la frontera con México al mismo tiempo que da su apoyo a la controvertida propuesta de otorgar un camino para alcanzar la ciudadanía a los indocumentados que ya se encuentran en Estados Unidos.
"El asunto de la inmigración revuelve intensas emociones y, en las últimas semanas, los americanos han visto expuestas esas emociones. En las calles de las grandes ciudades, las multitudes han marchado en apoyo de los que están en nuestro país ilegalmente. En nuestra frontera sur, otros se han organizado para impedir entrar a los inmigrantes ilegales. Por todo el país, los americanos intentan reconciliar estas imágenes encontradas. Y en Washington, el debate sobre la inmigración ha llegado a la hora de las decisiones", dice Bush
"Una vez aquí, los inmigrantes ilegales viven en las sombras de nuestra sociedad. Muchos utilizan documentos falsos para conseguir trabajo, y eso dificulta a los empleadores el verificar si los trabajadores que contratan son legales. La inmigración ilegal pone presión sobre las escuelas públicas y los hospitales; tensa los presupuestos estatales y locales; y trae el crimen a nuestras comunidades. Estos son problemas reales, pero debemos recordar que la inmensa mayoría de los inmigrantes ilegales son personas decentes que trabajan duro, apoyan a sus familias, practican la fe y llevan vidas responsables. Son parte de la vida americana pero están fuera del alcance y la protección de las leyes americanas.
"Somos una nación de leyes y debemos reforzar nuestras leyes. También somos una nación de inmigrantes y debemos mantener esa tradición, que ha fortalecido a nuestro país de muchas maneras. Estos no son objetivos contradictorios. América puede ser un país de leyes y una sociedad acogedora al mismo tiempo. Solucionaremos los problemas creados por la inmigración ilegal y entregaremos un sistema seguro, ordenado y justo. Por lo que apoyo una reforma migratoria amplia que lleve a término cinco objetivos claros".
Los cinco objetivos propuestos por Bush son: proteger la frontera; crear un programa de trabajadores temporales que puedan trabajar legalmente durante seis años; facilitar la verificación de la situación de los trabajadores; alcanzar un término medio entre la amnistía y las deportaciones masivas (que "los inmigrantes ilegales que han echado raíces en este país y quieran permanecer deberían pagar una multa significativa por haber quebrantado la ley, pagar sus impuestos, aprender inglés y trabajar durante una serie de años", dice Bush) y honrar la tradición del crisol de culturas.
Con sus palabras, escritas por su habitual redactor de discursos, el teólogo Michael Gerson, el Presidente, ex gobernador del estado con la mayor frontera con México, persigue contentar a los empresarios (que quieren trabajadores baratos) y orientar el voto hispano hacia el GOP, todo ello sin enfadar a las huestes conservadoras contrarias a una amnistía. Un equilibrio casi imposible. El empeño terminará provocando una rebelión en las filas y las bases de su propio partido.
20 de noviembre de 2014
Antxon como ves los movimientos demócratas?
ResponderEliminarHan salido a matar desde el principio a Tulsie. Lo de Warren me pareció muy deslucido y falta saber que harán Biden y Sanders. Hasta ahora bastantes mujeres en la lista. DanielArg
No los he podido seguir mucho. El otro día leí por encima que Kirsten Gillibrand ha formado un comité exploratorio. A Gillibrand le otorgo las mismas posibilidades de ganar la nominación demócrata de 2020 que le otorgaba a Lindsey Graham de ganar la nominación republicana de 2016. No tiene ninguna base de apoyos. Puede que le haya pedido Hillary que entre para enredar y confundir con el mayor número de candidatos posible para ver si así se abre una oportunidad para ella.
ResponderEliminarDescartando a Hillary, solo veo tres mujeres que puedan ganar la nominación demócrata en 2020: Elizabeth Warren, Kamala Harris y Tulsi Gabbard. Tulsi depende mucho de lo que haga Bernie Sanders porque sus potenciales votantes son los que votaron a Bernie en el 16. Tulsi fue valiente en el 16 y denunció públicamente al Comité Nacional Demócrata por dar trato de favor a Hillary en las primarias. Ella peleó de verdad por Bernie y eso la vuelve muy creíble ante su electorado al tiempo que odiada por el de Hillary. En cambio Warren se mostró muy cobarde en todo momento y eso, además de restarle credibilidad entre los partidarios de Bernie, opino que nos dice mucho acerca del tipo de candidata que sería, insegura y miedosa. La loba Kamala estuvo de moda entre los demócratas y la prensa el año pasado pero ahora es Beto O'Rourke, quien está ocupando ese lugar de 'media darling' que antes ocuparon también Julián Castro o Cory Booker. Estos siguen un patrón de candidato muy de mentira, como Obama, muy incapaces por sí mismos y que dependen mucho de que la prensa se dedique a venderlos las 24 horas como lo que no son.
Para Trump es más fácil ganarle a una mujer que a un hombre. Es mi opinión.
Los hombres con más posibilidades de hacerse con la nominación demócrata son Biden y Sanders en todo momento, y O'Rourke en este momento. Luego hay alguno que por su protagonismo mediático y capacidad de financiación debe ser tomado en cuenta. Ese sería el caso de Michael Bloomberg. Yo me inclino a pensar que Bloomberg se va a pegar uno de los mayores tortazos de la historia si compite por la nominación demócrata. Solo él mismo piensa que hay una demanda por parte de la sociedad para que se presente, y encima en unas primarias demócratas. Puede que se convierta en el candidato que más dinero haya gastado nunca para no ganar ningún delegado.
Me produce curiosidad el tal Richard Ojeda.
Si tuviera que apostar, apostaría a que el ticket demócrata de 2020 será Biden/O'Rourke. El Clinton/Kaine de 2016 lo pronostiqué en 2013. Es el único ticket (de los que no incluyen a un Presidente incumbent o titular) que he acertado plenamente dos años antes de las elecciones. Mis apuestas anteriores habían sido: Bush/Powell y Gore/Richardson en 2000; Kerry/Gephardt en 2004; (George)Allen/(Condoleezza)Rice y Clinton/(Mark)Warner en 2008; Romney/Thune en 2012; Clinton/Kaine y Rubio/Haley o Bush/Martínez en 2016.