jueves, 15 de febrero de 2018

El Presidente y la NRA unen fuerzas

6 de mayo de 1983. El Presidente de los Estados Unidos pronuncia por primera vez un discurso en una convención de la Asociación Nacional del Rifle. Se trata de Ronald Reagan. Al igual que cuatro de sus antecesores en el cargo (Teddy Roosevelt, William Howard Taft, Dwight Eisenhower y John F. Kennedy), el californiano es miembro destacado de la organización que desde 1871 defiende el derecho de los ciudadanos estadounidenses a llevar armas. En 1980, el entonces nominado republicano fue el primer candidato presidencial de la historia en recibir el respaldo oficial de la NRA.

Con esos antecedentes, 3,500 apasionados de las armas, que representan a los más de dos millones y medio de afiliados de la organización, regalan una calurosa bienvenida al ilustre invitado a su banquete anual en Phoenix, Arizona. El 40º comandante en jefe promete seguir trabajando con los mejores amigos de la NRA en Washington (los senadores republicanos James McClure y Orrin Hatch y el congresista demócrata Harold Volkmer) para anular algunas cláusulas de la Ley de Control de Armas de 1968 (un objetivo largamente anhelado por la NRA) que "interfieren innecesariamente con los derechos de los legítimos propietarios de armas".

Reagan, víctima de un disparo dos años antes y pistolero en la gran pantalla tres décadas antes, tranquiliza a los defensores del derecho a portar armas declarando que "nunca desarmaremos a ningún americano que busque proteger a su familia del miedo y del daño", y reafirma la importancia de las libertades constitucionales como "derecho natural de los americanos".

"Os guían las palabras de Lincoln: "Los principios importantes pueden y deben ser inflexibles". Vuestra filosofía deposita su confianza en las personas. Así, insistís en responsabilizar a los individuos de sus acciones. La NRA cree en que las leyes de América se hicieron para ser acatadas y que nuestras libertades constitucionales son hoy tan importantes como hace doscientos años", dice Reagan. "Y por cierto, la Constitución no dice que el gobierno debería decretar el derecho a poseer y portar armas. La Constitución dice, "el derecho de las personas a poseer y portar armas no debe ser transgredido"", añade.

"Todos hemos oído la acusación de que apoyar los derechos de los propietarios de armas alienta la violencia... Pero, un momento. ¿No entienden que los crímenes más violentos no los cometen los ciudadanos decentes que respetan la ley?", protesta Reagan. "Los cometen los delincuentes profesionales. Las armas no fabrican criminales. Lo criminales expertos utilizan armas. Y la mejor ley de control de armas que podemos tener es enchironar a los criminales expertos y deshacernos de la llave".

El Presidente defiende los campos de tiro donde se imparten clases de puntería para civiles desde edades tempranas "porque desde la Revolución, uno de los grandes talentos de los soldados americanos ha sido su puntería. Y resultó que la desarrollaron disparando a blancos no estándar como latas y botellas siendo unos muchachos".

Reagan se declara feliz de poder informar de que "desde que asumí el cargo, la venta de rifles M-1 [el Fusil de los Estados Unidos] se ha incrementado significativamente entre los participantes e instructores de los programas de entrenamiento de tiro al blanco. Y he pedido al Departamento de Defensa que estudie cuidadosamente la manera de incrementar más las ventas".

Otra de las prioridades del Presidente es erradicar las restricciones a la caza deportiva y ensanchar el acceso a los animales de caza, que los integrantes de la NRA ven como una garantía de protección de un estilo de vida.

"Por desgracia, ha habido en Washington una cierta actitud elitista de que las amplias zonas de recursos naturales deben cerrarse para salvar al planeta de la humanidad. Bueno, nosotros tenemos una filosofía diferente, una basada en el respeto tanto al hombre como a la naturaleza. Nuestra administración cree en el concepto de responsabilidad personal, cuidando los recursos que tenemos para beneficio de la humanidad", dice Reagan.

"Permitidme ser claro sobre estas palabras: "responsabilidad personal en el cuidado de los recursos para beneficio de la especie humana". Nosotros favorecemos el desarrollo económico, pero no dentro de nuestros parques nacionales o dentro de nuestras zonas salvajes. No hemos propuesto ni propondremos nunca eso. Lo que decimos es que cuando la anterior administración cerró arbitrariamente decenas de millones de acres de tierra en Alaska, diciendo a los cazadores deportivos que permanezcan fuera, entonces sí, creemos que eso estuvo mal y estamos intentando enmendarlo".

En los treinta y tres minutos que dura el discurso, Reagan es interrumpido unas treinta veces por los aplausos. Al final, el Presidente recoge un carné especial de socio de manos del presidente de la organización.



Mientras, la Cannon y la Carolco, dos de nuestras productoras más queridas, difunden la filosofía del Presidente y de la NRA en VHS y Betamax. Pronto, Invasión USA se convertirá en el rey de los estantes de los videoclubes, mostrándonos que para salvar a un país de cualquier amenaza no se requiere más que un patriota armado únicamente con dos metralletas Uzi y un todoterreno. "Nadie pensó que pudiera ocurrir aquí... América no estaba preparada... Pero él sí". Él es Chuck Norris. (Os dejo un nuevo especial de la Cannon, esta vez de nuestros amigos de Destino Arrakis. ¡A disfrutar a tope, compañeros y compañeras! ¡Velad vuestras armas!)

No hay comentarios:

Publicar un comentario