miércoles, 15 de noviembre de 2017

Rocky, más cerca de cumplir su sueño (II)

A las 10:11 de la noche del 19 de diciembre de 1974, después de un proceso de confirmación de más de dos meses, Nelson Rockefeller pone su mano izquierda sobre una Biblia familiar y levanta su mano derecha para jurar el cargo de Vicepresidente.


"Yo, Nelson Aldrich Rockefeller, juro solemnemente apoyar y defender la Constitución de los Estados Unidos", repite ante el presidente del Tribunal Supremo, Warren Burger.


La ceremonia tiene lugar en el Senado de los Estados Unidos, donde su abuelo materno, Nelson W. Aldrich, representó durante tres décadas al estado de Rhode Island. El Senado ha confirmado su nombramiento por 90 votos a favor y 7 en contra. En la Cámara de Representantes ha tenido el apoyo de 287 miembros.


Entre los votos contrarios a su confirmación destaca el de
Barry Goldwater. El senador por Arizona se comprometió con el Presidente Gerald Ford a apoyar a Rockefeller, pero cambió de opinión durante las audiencias de confirmación que pusieron al descubierto algunas cuestionables relaciones financieras del político y hombre de negocios neoyorquino. "Ahora parece obvio para mí que el señor Rockefeller utilizó su dinero personal para comprar poder político", explicó Goldwater.


La oposición del líder moral de la facción conservadora de los republicanos no es un buen presagio para las ambiciones de Rockfeller de estar en el ticket republicano de 1976, ya sea como número uno o como número dos.


Convertido en el
41º Vicepresidente de los Estados Unidos, el segundo nombrado siguiendo lo establecido en la Vigesimoquinta Enmienda, Rockefeller pronuncia un breve discurso sin grandes pretensiones en presencia del Presidente Ford, los legisladores federales, los miembros del Gabinete y algunos dignatarios del estado de Nueva York que gobernó durante catorce años.


"Este es un tiempo en el que nuestro país se enfrenta a tremendas dificultades y a problemas sin precedentes, tanto en casa como fuera. Son problemas que afectan a todas las secciones de nuestro país y a todas las familias de América. Pero no hay nada malo en América que los americanos no puedan corregir"
, dice el nuevo Vicepresidente.


"Me comprometo a trabajar con usted, señor Presidente, y con el Congreso hasta agotar el límite de mis capacidades en la gran tarea de construir la fortaleza de América para enfrentar los graves nuevos problemas que enfrentamos como nación y como pueblo".


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