Cada cuatro de julio se conmemora el día de 1776 en que las trece colonias adoptaron la Declaración de Independencia, certificando el nacimiento de una América independiente. Desfiles populares, fuegos artificiales y barbacoas cubren el país de punta a punta. En cuanto a los Presidentes de la república federal consitucional antes de El Donald (a.D.), no todos han celebrado ese día con la misma pasión.
El tercer Presidente, Thomas Jefferson, inició en 1801 la tradición de organizar una recepción oficial en la Casa Blanca con motivo del Día de la Independencia. Jefferson es uno de los tres Presidentes que han muerto un cuatro de julio (los otros son el que le precedió, John Adams, y el Presidente número cinco, James Monroe).
Lo de festejar el cuatro de julio por todo lo alto no se puso de moda hasta la década de 1820, durante el mandato del quinto Presidente, James Monroe. Fue el resultado de la ola de patriotismo que recorrió el país tras la guerra anglo-estadounidense de 1812, tras la cual nadie volvió a cuestionar la independencia de la joven república. Pero el Congreso no declararía el cuatro de julio fiesta nacional hasta 1870, durante el mandato de Ulysses Grant.
Zachary Taylor, Abraham Lincoln y James Garfield vivieron los peores cuatro de julio para un Presidente. Para el duodécimo Presidente, "el viejo campechano", la jornada del cuatro de julio de 1850 empezó bien con la colocación y bendición de la primera piedra de lo que sería el Monumento a Washington; pero en la fiesta que le siguió, un atracón de cerezas y leche helada le produjo una gastroenteritis que le llevó a la tumba cinco días después. Al mandatario número dieciséis, "el gran emancipador", le tocó convocar al Congreso para pedir más recursos para la guerra civil el cuatro de julio de 1861. Y el vigésimo Presidente, "el barquero Jim", pasó el cuatro de julio de 1881 encamado después de haber recibido dos disparos esa misma semana; murió dos meses más tarde.
En su primer cuatro de julio como Presidente, en 1902, Teddy Roosevelt, de solo 43 años, exhibió su don para la oratoria y su impactante capacidad de convocatoria ante una multitud de más de 200,000 personas en el parque Schenley de Pittsburgh. El cuatro de julio de 1940, su primo en quinto grado, Franklin D. Roosevelt, Presidente número treinta y dos, donó al gobierno federal la biblioteca personal que había construido en Hyde Park, Nueva York, iniciando así la tradición de las bibliotecas presidenciales.
El trigesimocuarto comandante en jefe y héroe nacional en vida, Dwight D. Eisenhower, se pasó la mayoría de sus ocho Días de la Independencia como Presidente haciendo lo que más le gustaba hacer: jugar al golf. Los restantes se los pasó en Camp David o en su granja de Gettysburg haciendo la otra cosa que más le apetecía: echar la siesta.
En las últimas décadas, los inquilinos de la Casa Blanca han dedicado el cuatro de julio a contemplar los fuegos artificiales desde el Balcón Truman o a organizar un picnic para familias de militares en el Jardín Sur, y de vez en cuando han hecho algo especial.
Con los Padres Fundadores. Por caprichos del destino, a un Presidente accidental, Gerald Ford, le tocó presidir la mayor celebración del cuatro de julio que se recuerda. Fue en 1976 con motivo del bicentenario. Ford visitó Valley Forge, Pennsylvania donde en el invierno de 1777-1778 George Washington organizó y disciplinó al ejército continental que después obtendría las decisivas victorias de Barren Hill y Monmouth. Después, como ya hicieran Woodrow Wilson (1914) y John F. Kennedy (1962), Ford ofreció un discurso en el Independence Hall de Philadelphia. Más tarde, presidió en Nueva York una revista naval en la que participaron espectaculares goletas clásicas. A pesar de que la confianza del país en sí mismo estaba por los suelos tras los traumas de Vietnam y Watergate, aquel fue "el cumpleaños más feliz" de América.
Aterrizaje del Marine One en Valley Forge
Discurso en el Independence Hall
Con los cosmonautas. En 1982, Ronald Reagan pasó su segundo cuatro de julio como Presidente en la Base de la Fuerza Aérea Edwards en Bakersfield, California presenciando en vivo el aterrizaje del transbordador espacial Columbia y saludando a los astronautas Thomas Mattingly y Henry Hartsfield, que volvían de una misión de cuatro millones de kilómetros.
Con el automovilismo. Dos años después, el cuatro de julio de 1984, en plena campaña por la reelección, el Presidente Reagan se fue a una carrera de coches en el circuito de Daytona en Daytona Beach, Florida. Reagan se puso a los micrófonos con el emblemático Ned Jarrett de la MRN Radio (la voz del NASCAR) para rememorar sus días como locutor deportivo.
Con el águila americana. El cuatro de julio de 1996, el Presidente Bill Clinton liberó un águila calva o águila de cabeza blanca (popularmente conocida como águila americana) en la bahía de Chesapeake, Maryland. El animal había sido tratado de unas heridas y se llamaba, como no podía ser de otra manera, Libertad. Clinton estaba en campaña y el evento era un guiño a los grupos de intereses ecologistas.
Con los nuevos estadounidenses. En su último cuatro de julio (2008), el Presidente George W. Bush presidió en Monticello, la antigua residencia de Thomas Jefferson en Virginia, una ceremonia de nacionalización de 72 nuevos ciudadanos estadounidenses procedentes de treinta países. Franklin D. Roosevelt (en 1936) y Harry Truman (en 1947) también visitaron Monticello con motivo del cuatro de julio. Desde 1963, más de 3,000 personas han jurado la ciudadanía en Monticello; es la ceremonia de nacionalización ininterrumpida más antigua de Estados Unidos fuera de las salas de justicia. Barack Obama siguió el ejemplo de Bush y presidió ceremonias de nacionalización de nuevos estadounidenses en cuatro de julio, pero en la Sala Este de la Casa Blanca.
a
Posdata
En este cuatro de julio os invito a conducir con nuestro amigo J Utah por el downtown de dos diudades americanas cercanas pero muy distintas: un paseo por Los Angeles, la típica ciudad americana fea, y otro por San Francisco, la típica ciudad americana bonita. Por lo demás, ya sabéis, los cuatro de julio hay que ver Tiburón (1975) de Steven Spielberg. Pero para variar un poco, otra película muy americana (de un tipo de cine americano que ya no se hace) y muy disfrutable, aunque no relacionada con la fecha, es El expreso de Chicago (1976) de Arthur Hiller (ver aquí), que nos lleva de la Costa Oeste al Medio Oeste.
Antxon que bueno verte de nuevo. Esperaba con ansias tus posteos y tu parecer sobre los demócratas de camino al 2020. Un abrazo
ResponderEliminarDanielArg
Pd: ayer los brasileros nos robaron. Jajajaja
Hola Dabniel! Era mejor caer en primera fase. Argentina ya desperdició todas sus oportunidades, y tuvo muchas desde 2006.
ResponderEliminarEsta entrada sobre el 4 de julio ya la tenía hecha desde hace tiempo. Lamentablemente no he podido seguir la actualidad en los últimos meses mas que muy por encima. No vi el debate demócrata pero sigo pensando que el nominado será Biden o Bernie. Lo que impide a Bernie ganar la nominación es el voto negro de las primarias del Sur. Sabemos que los negros no votarán a Bernie en las primarias. Lo que todavía no sabemos es si votarán en bloque a un mismo adversario o se dispersarán entre varios candidatos. Si votan en bloque a Biden, la nominación es de Biden; si se dividen entre Biden y Kamala o quien sea, Bernie lo tendrá mejor. La idea es que el obstáculo que para en seco el avance de Bernie después de ganar New Hampshire es Carolina del Sur, así que necesita que el electorado demócrata de Carolina del Sur, que es mayoritariamente negro, esté fragmentado. A Bernie los suyos no lo van a abandonar porque sienten que en 2016 les robaron la nominación, y ese es un sentimiento muy fuerte. Si hay un tapado tendrá que surgir en Iowa porque en New Hampshire a Bernie no lo van a abandonar si el que gana en Iowa es Bernie o Biden.
En las generales el mejor argumento de los demócratas es la sanidad. La economía y la inmigración son los mejores argumentos de Trump.
Un abrazo!
Te llevo siguiendo desde un vasco e Nasville, y me apena ver que no tendras tiempo para seguir esta precampaña con la intensidad de las anteriores.
ResponderEliminarAlgun sitio que me recomiendes para compaginarlo?? Que publique h analice las polls de los democratas
Hola Amalio.
ResponderEliminarYo mismo me sorprendo todavía al comprobar el ritmo frenético al que me entregué en tres campañas consecutivas.
No sabría recomendarte ningún sitio concreto, pero me da que podrías dormir durante cinco meses y al despertar, en el mes de enero, verías a Biden en cabeza en las encuestas para la nominación demócrata. Y alguien te contaría lo mal que lo pasó Joe durante gran parte del otoño. Pero una vez que los medios de noticias falsas terminaron de encumbrar primero y hundir después a un puñado rivales de segunda fila (uno cada mes), todo volvió donde había empezado.
El interés está en el Twitter de realdonaldtrump y el Instagram de las verduleras del squad.
Antxon vuelve!!! Tenemos a Hunter Biden, Ucrania, China, a Pocahontas casi de frontrunner y a Bernie internado. Se te extraña. Como ves la carrera? DANIELARG
ResponderEliminarHola DANIELARG
ResponderEliminarDe Elizabeth Warren no esperaba nada, así que si logra la nominación ya habrá superado mis expectativas.
Sin haber seguido la campaña, sigo pensando que Biden será el nominado. Sería un buen candidato si hubiese pasado treinta años menos en Washington. Ahora ofrece a Trump una vía de ataque muy fácil con los negocios de su hijo con los chinos y otros, lo que además ayuda a poner el foco en uno de los puntos más consistentes de la política del Presidente, su arrojo en las negociaciones comerciales con los chinos. Lo de Biden es un poco como la situación con Hillary hace cuatro años: candidata muy sólida cuando se postula pero con un montón de cosas con las que atacarla e ir desgastándola. Luego a Hillary se la vinculaba a posiciones belicistas; a Biden probablemente también.
La estrategia de Trump tendrá que adaptarse al rival. Si te enfrentas a Biden, tienes que atacarlo por corrupto, por establishment y por su apoyo a las guerras de Oriente Medio. A Sanders o Warren tienes que atacarlos por izquierda radical, por miedo en los mercados y por pacifistas (en el sentido despectivo, anti-patriótico y tal). Son escenarios bastante diferentes.
El rival más peligroso para Trump no será el candidato demócrata sino la CIA y sus medios. El impeachment es una operación propagandística que no busca destituir a Trump (la moción no puede prosperar en el Senado) sino hacer que los medios tengan la excusa para dedicarse durante meses a hablar de investigación/impeachment cada vez que informen sobre Trump. "¡Día 40 de Impeachment! Nuestro corresponsal tiene nuevas informaciones", grandes rótulos, música de suspense.
Como siempre dijimos, los Presidentes son forzados/orientados a tomar decisiones por los acontecimientos o las previsiones de acontecimientos (a menudo previsiones manipuladas, cuando no directamente acontecimientos manipulados). Hasta ahora la comunidad de Inteligencia lo hacía esto fácilmente con el briefing de todas las mañanas y con sus infiltrados en todos los departamentos, pero se han topado con un Presidente que quiere tomar sus propias decisiones y están en guerra contra él.
Creo que he tenido suerte no implicándome en el seguimiento de esta campaña porque ahora mismo no podría dar abasto yo solo con todo lo que habría que contar en un solo día. Tal vez la siguiente vez la providencia nos regale unas soporíferas elecciones entre Pence y Buttigieg como compensación por este estrés. Ahora prefiero guardar las noches para leer a James Ellroy, Ross Maacdonald, Robert E. Howard y Stephen King.
Gracias por la respuesta, luego de tu comentario empezó la guerra de Tulsi contra el DNC. Y me parece que Hillary está moviendo sus hilos. Creo que Warren es la opción del Establishment para frenar a Sanders de momento y preparar el terreno para la vuelta de Clinton como candidata. DanielArg
EliminarEs interesante eso que dices. Yo creo que el establishment va con Biden y hay un compromiso con él. En 2016 Biden se apartó para que Hillary se presentase, y ahora Hillary se ha apartado para que Biden se presente. Pero si Biden lo hace muy mal en las primeras dos o tres primarias (a lo Jeb en 2016), el compromiso ya queda anulado y es posible que se empiece a lanzar la idea de una candidatura tardía de Hillary. Especialmente si se trata de parar a Bernie. Hillary no creo que vaya contra Warren porque Warren fue muy sumisa en 2016. En cambio a Bernie le tiene un odio eterno porque cree que le costó la derrota.
EliminarTotalmente de acuerdo, la corrupción del DNC contra Bernie fue aberrante y aun hoy lo siguen golpeando por el solo hecho de intentar una via distinta, por mas que Bernie capituló en la convención pasada.
ResponderEliminarLo de Tulsi es una escaramusa de la guerra de fondo entre progresistas y Obama-clintonistas. Creo que Warren sirve de momento para frenar a los progresistas, dado que como vos decís es sumisa al establishment e impide consolidar una mayoría contra Biden. El viejo Joe por su parte es un candidato con muuuuuchooooo pasado que se irá filtrando y que incluso como en el caso de Hunter Biden mancha el legado inmaculado de Obama, en la Argentina se diría que Obama cuenta con "blindaje mediático"
Por otra parte un GOP 2024 con un Pence/Ivanka sería magnifico, jajajajaja.
DanielArg
Tulsi sí apoyó a Bernie en 2016. Son un poco al DNC lo que Ron Paul al GOP.
ResponderEliminar¿De Trump/Pence a Pence/Trump? Me ha recordado a aquel memorable vídeo de Super Deluxe donde Trump se anunciaba a sí mismo como su compañero de fórmula.
Bueno pues las urnas han hablado este martes. Y vamos a ir por partes.
ResponderEliminarLo de Missisippi es lo lógico en un estado profundamente conservador, aun con un candidato demócrata competitivo, al final se ha impuesto la lógica y los republicanos retienen el gobierno estatal.
En Kentucky no podría decirse que el GOP ha perdido por Trump. Según consta en las encuestas el gobernador Devin era alguien muy impopular. Y tampoco ha sido solamente por sus enfrentamientos con profesores ni con funcionarios (de hecho Scott Walker tuvo serios problemas con los empleados de su estado y volvió a ganar). Es que alguien que impúdicamente manda a sus hijos a fiestas de la varicela y se declara antivacunas pues es lógico que incluso en sectores conservadores cause alarma. Otra cosa es que Trump haya querido ir de sobradito y de supuesto salvador de su compañero de partido. Pero la principal causa de la derrota ha sido el mismo gobernador.
En el caso de Virginia, era esperado aunque su valor simbólico es brutal. Con gobernador y senadores demócratas, perder el control de las cámaras es certificar la lenta pero inexorable decadencia del GOP en el Estado Pero esa decadencia que se puede reforzar con un cambio de distritos electorales para las próximas elecciones al Congreso y debilitar estructuralmente la teórica ventaja republicana en la Cámara.
Hola Paco. Creo que lo que necesitamos saber ya lo sabíamos. Trump y el GOP están teniendo buenos números con los hombres en general y malos números con las mujeres, que normalmente votan más en esas elecciones. Paradójicamente los estados con los electorados más femeninos creo que son Mississippi, Carolina del Sur y Louisiana, donde no Trump no corre peligro; así que la debilidad de Trump y el GOP podríamos acotarla más a las mujeres de los condados suburbanos oscilantes de los estados indecisos, y que no son mujeres desencantadas sino mujeres que viven bastante bien pero que dan demasiada importancia al tono, el estilo, el talante, el carácter de los candidatos y a temas normalmente secundarios, como el medio ambiente, que a uno le preocupan curiosamente cuando las cosas le van relativamente bien...
ResponderEliminarEsa debilidad ya la sufría Trump en 2016 (lo hizo peor que Romney con ese electorado) y la contrarrestó con una movilización inesperada de franjas más inactivas y desencantadas del electorado con preocupaciones más inmediatas. Si puede volver a funcionar de ese mismo modo otra vez en 2020 es una incógnita.
Ahora Trump tendrá que intentar provocar que ese electorado femenino suburbano se haga una mala imagen del candidato al que nominen los demócratas. Es especialista en hacer eso lanzando mierda en lo personal, pero además de eso tendrá que hacerlo también diciéndoles a esas votantes que las políticas sanitarias de los demócratas pueden poner en riesgo sus planes sanitarios o cosas por el estilo.
De los estados considerados más o menos indecisos, los más masculinos son Arizona y Nevada (Florida también es de los más masculinos) y el que tiene un electorado más femenino es Wisconsin.
En cuanto a la irrupción de Michael Bloomberg, todos sabemos que no tiene anda que hacer en unas primarias demócratas pero es significativo porque nos indica que Wall Street no está contento con los dmeócratas, cuando desde los años 90 Wall Street había estado relativamente satisfecho con todos los nominados demócratas. Con Biden seguramente sí estaría satisfecho, pero parece que dudan de sus posibilidades. Warren o Sanders tendrían a Wall Street más en contra que ningún nominado demócrata desde Mondale. Cuidado con eso.
Kamala Harris se retira. Steve Bullock también. En el primer caso más sonado que el segundo, Bullock ha pasado casi desapercibido tanto en su campaña como en su posterior retirada. Lo de Harris parece un aviso a navegantes, como diciendo... iros ya que luego puede ser peor el tema de las deudas de campaña. Fuera de los tres principales y el autoinvitado y autofinanciado Michael Bloomberg el mensaje es claro, no tireis el dinero ni los recursos que no disponeis. El único que parece inasequible es Buttigieg que tiene un porcentaje bastante aceptable, claro que Kamala Harris también lo tenía hace unos meses y mira... Julián Castro parece pelear más por ser VP, con el resto de candidatos minoritarios esperando que suene la flauta o que ante la menor competencia ellos ocupen algún hueco en los próximos debates. Pero el trío Sanders-Biden-Warren parece claro que llegará a los caucus de Iowa, salvo problema de salud o escándalo político o personal sobrevenido.
ResponderEliminarEs que Bullock es un demócrata para los años 90. Ahora solo tiene espacio en la política local. Pues como el gobernador republicano de Vermont, que sería un republicano para los años 50.
ResponderEliminarDesconozco los problemas de Kamala Harris porque solo he podido seguido su campaña por los titulares. Lo que señalas de las deudas tiene sentido. John Glenn aguantó hasta el Super Martes y tardó veintitrés años en pagar las deudas de su campaña presidencial de 1984. Más recientemente vimos cómo Chris Christie apoyó a Trump cuando nadie lo esperaba para que le ayudase a pagar las deudas. Se trata de candidatos considerables que proyectan unas campañas grandes que luego cuesta adaptar a su nueva realidad.
Sobre lo de Bloomberg la clave es eso de "autoinvitado". Nadie reclamaba una candidatura de Bloomberg. No tiene electorado, y menos en unas primarias demócratas. Es como lo del ex demócrata John Connally en 1980; un peso pesado sin duda, una gran figura, pero no tenía electorado en las primarias republicanas. Como dijo el Washington Post cuando se retiró, "Tenía pinta de Presidente... El problema era que casi nadie quería votarle". Superfinanciado, eso sí, medio millón se gastó en el sondeo de paja de Florida para recibir 300 votos, y 11 millones en las primarias para ganar un solo delegado (la delegada de los once millones de dólares). Bloomberg podría batir el récord de lo invertido por delegado, si es que gana alguno.
Sin información suficiente, lo de Buttigieg me sorprende. Con lo radicalizado que está en estos momentos el electorado demócrata, sería una tremenda sorpresa que un candidato templado y pequeño tuviera éxito. Hay cierto paralelismo con la experiencia de Jimmy Carter, quien se aprovechó de la gran cantidad de candidatos que se presentaron y dividieron el voto clásico de izquierdas (el controlado por los sindicatos, los funcionarios, etc.). No obstante, en las generales Carter seguramente lo hizo peor de lo que lo hubiera hecho un Hubert Humphrey o un Henry Jackson.
Querido Vasco. Como ves las cosas faltando casi un mes para Iowa?
ResponderEliminarVeo a los demócratas como muy blandos pese a que un ex vicepresidente está en la contienda. Sigo con mi teoría de una entrada Tardía de Hillary en algún momento si los que están ahora siguen así de apelmazados. DanielArg
Hola Daniel. Comparto lo que dices del apelmazamiento. En los últimos cuarenta años los demócratas han conseguido la Presidencia cuando han nominado a candidatos enérgicos, emotivos y carismáticos, y entre los cuatro "finalistas" (aunque todavía no lo son) no hay ninguno así.
ResponderEliminarBiden es el que tiene mayor entidad pero es un dinosaurio corrupto, la fórmula que ya presentaron en 2016. No requiere un gran trabajo "volverlo impopular".
Bernie es honrado pero es socialista, independiente e indisciplinado como candidato.
Warren está demasiado escorada a la izquierda y su honradez está en duda, pero es algo más disciplinada. No obstante los demócratas necesitan mejorar con los hombres.
Butigieg parece el más difícil de atacar en las elecciones generales. Seguramente es el rival sobre el que menos ha trabajado la campaña de Trump, con el que más tendrían que improvisar. Pero da la sensación de que es un candidato de poca entidad, un Dukakis.
El mejor nominado posible de los demócratas (no sé quién sería) no está entre estos cuatro. Pero uno de estos cuatro será el nominado.
Yo sigo apostando a que nominarán a Biden. Y los demócratas han vinculado el impeachment a un asunto que afecta directamente a su probable nominado. Seguramente lo hayan hecho como medida preventiva porque temían que el tema de Hunter y Ucrania saliera con fuerza tarde o temprano. Pero también habrán legitimado al Senado o al Departamento de Justicia para que abran investigaciones a lo largo del año sobre los negocios de los Biden. Si eso ocurriera y la cosa se volviera incómoda, no me extrañaría que en verano u otoño los propios jerarcas demócratas obliguen a Biden a renunciar como candidato y eleven a quien haya nominado para Vicepresidente, y así conseguir colar el tipo de candidato que quieren sin ni siquiera pasarlo por las primarias (alguno de los que se les han caído, tipo Kemala Harris, Deval Patrick, Beto, etc.). En el estado profundo (y en especial entre los asociados a Obama/Clinton por lo que se juegan) están tan desesperados por acabar con Trump, que serían capaces de cualquier tipo de maniobra extraña si en verano/otoño tienen dudas sobre las opciones de victoria del nominado demócrata.
Coincido en la falta aparente de factor X de los candidatos demócratas favoritos a la nominación. Si bien he de hacer una importante matización y no es otra que el tema de la mayoría social ha hecho que no sea una cosa irreversible. Es decir no tener ese factor X no es síntoma de hecatombe, no al menos desde Gore o Kerry, que perdieron por poco siendo unos sosainas de cuidado. Es decir que castañazos no como el de Mondale (hoy impensable), o el de Dukakis (que siendo mejor hoy día es impensable), no son posibles. Y no son posibles porque la mayoría social ha cambiado. Por eso la falta de carisma supongo que la intentarán suplir con mensajes bien segmentados entre el complejo electorado demócrata, primero en las primarias y luego en las presidenciales.
ResponderEliminarYa, pero es que Gore se enfrentaba a las elecciones de 2000 con los elmentos a su favor. Buena gestión económica, un electorado optimista acerca del futuro y un jefe, Bill Clinton, con un 63 por ciento de aprobación en noviembre de 2000. Y perdió 12 estados (¡!) que Clinton había ganado en 1996.
ResponderEliminarEn cuanto a Kerry, se enfrentó a un Presidente con un balance neto de pérdida de empleos en el sector privado en su primer mandato y una guerra que en el momento de las elecciones ya era impopular. Y perdió. Una derrota como la de Mondale es muy difícil hoy porque el electorado nacional no se mueve como un bloque homogeneo como ocurría en el siglo XX. En cambio, una derrota como la de Dukakis sí que puede producirse en este siglo XXI. Depende por encima de cualquier cosa del momento en el que caigan unas elecciones. Por ejemplo, si esas elecciones que Kerry perdió por poco se hubieran celebrado muy poco tiempo después de la caída de Bagdad, Kerry habría ganado solo media docena de estados (Bush estaba ganando el estado de Nueva York en primavera de 2003); por el contrario, si esas elecciones de 2004 las retrasamos un año, a noviembre de 2005, entonces Kerry las habría ganado y Bush las habría perdido. O que le pregunten a McCain si el timing y la coyuntura es importante (173 votos electorales ganó en 2008, cuando de haber sido el nominado republicano ocho años antes no es descabellado pensar que hubiera podido andar cerca de los 400 (Gallup en febrero de 2000: McCain 59%, Gore 35%), muy por encima de los estándares modernos).
En 2020 el nominado demócrata se enfrentará a un Presidente muy polarizante pero con un balance económico positivo (esto suele ser una cuestión de sensaciones del electorado) y que está desvinculando al país de las guerras extranjeras, y que fagocita toda la atención mediática, así que la oposición, también muy polarizante, necesita ofrecer algo especial. Lo que sí tendrá la oposición, eso sí, es un 90 por ciento de la prensa y los medios de comunicación y un 95 por ciento de la industria del entretenimiento haciéndole la campaña. Ha habido algunos candidatos y Presidentes que incluso con eso han perdido o ganado por poco; fíjate si serían malos. Imagínate lo que hubieran hecho de haber tenido todo eso en contra o simplemente no a favor.
Por cierto, se me olvidó mencionar al tal Andrew Yang, que es probablemente el candidato más interesante que tienen. Pero no le doy opciones en las primarias porque a los demócratas les gustan los políticos de carrera. Butigieg puede ser un Dukakis y perder o puede ser un Carter y ganar, según cómo se presenten las circunstancias y el momento cuando se vaya a votar. Nominar a Biden es como los republicanos nominando a destiempo a Bob Dole. A favor de Biden, que tiene más carisma; a favor de Dole, que era honrado. Lo que cambia es que Dole tenía a la prensa en contra y Biden la tendría a favor, y que el electorado está más dividido que en los noventa.
Feliz año nuevo. ¡Ya están aquí los roaring twenties! Qué miedo...
Lo de las encuestas a un año de las elecciones no sirve para nada. Ver las encuestas en NH que tenía Obama a medio mandato o las que tiene Trump en Texas. Ojo no quiero decir que el GOP vuelva a arrasar allí, pienso que los demócratas recortarán y el recuento será al estilo de Carolina del Norte pero ganar no. Es un estado demasiado grande y demasiado poblado para que los cambios demográficos den un vuelco total.Sobre la menos poblada pero cambiante Arizona no me atrevo a pronosticar nada. Y así con muchos estados oscilantes. Feliz año bisiesto y olímpico a ti también.
ResponderEliminarCreo que los demócratas aún no resuelven su crisis interna y este proceso puede dejar muchos más heridos que en 2016. Los ataques a Tulsie del DNC (AMO LA VALENTÍA DE ESA MUJER) son una muestra de eso. Creo que hay una candidata anti establishment que es ella, y luego Bernie que es el candidato a destruir desde 2016. Warren que se vende de izquierda es en realidad alguien dispuesta a pactar y traicionar a todos. Biden es EL CANDIDATO pero despierta dudas y Buttiegieg es como un Obama mezclado con Kerry, la nada misma. Es increíble como los democratas no tengan material convincente, por eso Pelosi empuja el juicio político. Hay que esperar si Hillary aparece y si es así la izquierda se quedará en casa y Donald volverá a ganar. Para 2024 los demócratas ya tendrán a Newson o empujarán a Kennedy o algo mediático así, mientras que Donald apoyará la fórmula de Pence - Ivanka jajajaja. Con futurología y todo. Saludos DanielArg
ResponderEliminarDe Texas olvídate, Paco. Trump ganó Texas por 9 puntos siendo el candidato que no tenía opciones de ganar la Presidencia. Ahora competirá como Presidente, y el mejor financiado de la historia. Arizona sí estará disputada porque la ganó por 4 puntos, como estará disputada Carolina del Norte, que también ganó por 4 puntos, o Nevada, que Hillary ganó por 2 puntos, o Maine por 3, o Minnesota por 1, o New Hampshire por 1, o los grandes estados indecisos que Trump ganó por 1 o 2 puntos. La cuestión será ver dónde gastan dinero y donde no en los últimos dos meses, no en primavera o verano.
ResponderEliminarDaniel, para 2024 apuesta por un ticket republicano Pence/Haley si Trump es reelegido este año (y si Pence repite como su Vicepresidente, claro). Haley es el gran rival de Pence, aunque creo que más este verano que en 2024, si le calientan la cabeza a Trump con que tiene que sustituir a Pence por Haley en el ticket para mejorar con las mujeres. No creo que ocurra porque parece que Pence se ha trabajado bien a los hijos y yerno del Presidente. En unas primarias en 2024 creo que Haley ya no sería tanta amenaza porque Pence gusta más a los conservadores. Otro posible rival sería Mike Pompeo. Pero creo que podría ser más amenaza para Pence un candidato más vinculado al movimiento creado por Trump, llamémoslo el Make America Great Again, y haciendo campaña desde fuera de la Casa Blanca. Quizás alguien del Freedom Caucus, que parecen los mejores aliados de Trump en el Congreso, o Kris Kobach o John James si consiguen entrar en el Senado este año.
A Tom Cotton creo que lo veríamos en el gabinete de Trump en un segundo mandato y eso posiblemente lo neutralizaría como candidato en 2024. Seguro que el entorno de Pence promoverá nombramientos de ese tipo para neutralizar posibles rivales, y también intentará colocar personas de confianza en algunos puestos estratégicos para evitar episodios como la aparición de Dole en la sala de prensa de la Casa Blanca con presencia del Presidente a pocas semanas del caucus de Iowa, orquestada por Howard Baker, que tanto cabreró al Vicepresidente Bush, que ni estaba en la Casa Blanca.
Si Trump perdiera la reelección, entonces quedaría todo completamente abierto en el lado republicano. Hasta Mitt Romney haría su tercer o cuarto intento en 2024 con 77 años pero aparentando 57. Y ojo a Lindsey Graham y Rand Paul, convertidos contra todo pronóstico en los mejores aliados de Trump en el Senado sin coincidir en nada el uno con el otro.
En cuanto a los demócratas en caso de que pierdan en noviembre: si el que pierde es un Sanders o una Warren, los moderados le dirán a la izquierda, "ya os avisamos"; y si el que pierde es un Biden o un Butigieg, el ala la izquierda dirá que ya toca nominar a uno de los suyos. De eso dependería lo que harían en 2024.
Una cuestión que se me olvidó mencionar. Nominar a Biden es nominar (otra vez) en pleno 2020 a uno que votó en el Senado a favor de la guerra de Iraq, ¡con la importancia que ha tenido esa causa en el activismo demócrata en los últimos quince años! Si alguien hubiera vaticinado en 2004 que en 2020 los demócratas seguirían nominando a candidatos que habían votado a favor de la guerra de Iraq lo habrían tomado por loco. Es como si el GOP se empeñase en nominar año tras año a ex senadores que votaron a favor del Obamacare (que fue al Tea Party lo que la guerra de Iraq a las bases demócratas).
Bueno, Julian Castro se retira. Parece que el aviso de Kamala Harris ha surtido efecto. Ya solo queda por un lado el trío septuagenario favorito y el inclasificable Buttiegieg con opciones. Para mi este último es el que hoy habrá ganado algún punto.
ResponderEliminarCastro es otro que se creyó que el universo estaba esperando su candidatura después del bombo que se le dio en la convención de 2012, y se ha encontrado con que no, que nadie aparte de la prensa la estaba pidiendo.
ResponderEliminarA Buttigieg no lo llamaría inclasificable. Yo lo clasificaría fácilmente con una abreviatura de tres letras (y no es GAY eh). Su padre fue un jesuita que emigró a EEUU para dar clases en la universidad, él es becado Rhodes, habla idiomas raros como el árabe, trabajó en McKinsey & Company...
El candidato de Manchuria es Buttigieg. Jajajaja. Para mi es el dato horse del establishment por si se les queman los papeles con Biden y Warren. O en todo caso de VP de Biden. Y si él fuera el nominado prepárense para un Buttigieg/Schumer en el cricket imitando un Obama Biden. Daniel Arg
ResponderEliminar¿Buttigieg/Schumer? Los afroamericanos van a ir en masa a votar. No va a quedar ninguno en casa.
ResponderEliminarCreo que tanto a Biden como a Buttigieg no les quedaría más remedio que escoger a un negro, a una mujer o a un izquierdista postizo, porque las presiones en los diferentes grupos de interés demócrata son muy fuertes en este sentido. Y los propios candidatos con sus declaraciones entran en ese juego y dejan que se generen esas expectativas que después pueden condicionarlos. Mencionábamos a Dukakis el otro día. Dukakis tenía un problema negro porque Jesse Jackson había sido su principal rival en las primarias. Escogiendo como running-mate a Lloyd Bentsen seguramente ahondó el problema. Hillary hizo algo parecido en 2016 no variando su idea original (escoger a Tim Kaine) y negándose a aceptar que Bernie Sanders le había generado un problema.
Pete I'm not CIA
Antxon como ves las cosas a días de Iowa. Me pareció ver la mano del DNC inventando una campaña contra Bernie sobre sexismo hacia Warren. Ya veo un pacto Warren Biden para dejar a Bernie atrás lo más pronto posible
ResponderEliminarDanielArg
Pues me parece que con ataques y juego sucio cotnra Bernie solo conseguirán que sus seguidores lo apoyen con más firmeza y desprecien más a los otros candidatos. Estamos hablando de unas personas que ya en 2016 sintieron que el partido les había cerrado el paso con trampas. Es casi imposible que abandonen a su líder. Por eso mientras algunos expertos insistían en poner una atención desmedida en candidatos de mentira como Kemala Harris, Castro, Booker, O'Rourke, etc., muchos dijimos desde el año pasado que Bernie es el único que tiene un electorado propio, que si bien puede no ser suficiente para ganar la nominación, sí que probablemente le asegure ser el adversario más fuerte y duradero para el candidato del aparato. Algunos (los de siempre, los de la burbuja Obama, para los que solo importa la identidad, el color, el género y toda esa bazofia) no lo quieren ver.
ResponderEliminarBooker se retira. Bloomberg no se presenta en Iowa (y algo me dice que en ningún lado). Y muchas encuestas que no dicen nada. En cuanto a Sanders tiene público propio. Creo que no tanto como hace 4 años donde fue casi toda la carrera compitiendo solo con Hillary Clinton y se llevó mucho voto por contraste. No creo que gane pero si tiene fuerza popular como para aguantar todas las primarias siendo competitivo. Cuestion distinta es que su médico le aconseje otra cosa y que le haga o no caso. Pero son los electores no los doctores.
ResponderEliminarY en el tema de los front runners...Hillary la cago. Porque Virginia sociologicamente lleva el camino inverso al de su escisión occidental y con o sin Kaine hubieran ganado. Si hubiera puesto a alguien con garra para arrancar votos de los blue collars en los Grandes Lagos otro gallo le hubiera cantado. Lo de Michigan fue tan sangrante para los demócratas como lo de Indiana para el GOP en 2008.
ResponderEliminarHillary no escogió a Kaine por Virginia. Lo escogió porque era el perfil de Vicepresidente que había proyectado, un tipo que fuera simplemente sólido y discreto, y no pensó que estuviera necesitada de cambiar su proyecto. Recuerdo haber escrito en algún comentario a principios de 2016, cuando lo de Trump empezaba a ser una realidad en las primarias republicanas, que Hillary se iba a confiar e iba a escoger a Tim Kaine ahora más que nunca. Y lo dije porque empezaba a pensar que necesitaba escoger a Bernie (sí, a Bernie). Y no habría ganado aunque hubiera escogido a un político procedente de los Grandes Lagos porque su plataforma seguiría siendo la misma.
ResponderEliminarEn Michigan la clave fueron las POLÍTICAS COMERCIALES idénticas de republicanos y demócratas desde los años 90. La ruptura que supuso Trump (o que podría haber supuesto entonces Bernie) en ese consenso y su guerra comercial con China son decisivos. Cualquiera que siguiera aquella campaña con atención pudo ver con claridad las señales que llevaron a una conclusión totalmente lógica. Por ejemplo, esto o esto o esto o esto o esto o esto.
El partido demócrata cree que atacando a Bernie lo van a hacer desaparecer a él y a los 13 millones de votantes que tuvo. Igual que el GOP obsesionado con parar a Trump a toda costa en 2016 pensando que una vez que lo parasen todo se acababa. Pues no, si lo hubieran parado en el verano del 16 mediante juego sucio, este año los tendrían de vuelta a él y a sus seguidores, y más ofendidos y convencidos que entonces.
Y sí, es verdad que Bernie es lo que es gracias a que ningún político demócrata de más peso se atrevió a desafiar a Hillary (la mentalidad que lleva a eso es la misma que les lleva a ser prepotentes después). Pero ya Bernie es lo que es y eso ya no va a cambiar. Y ni es joven, ni es guapo, ni es negro, ni es mujer, ni es loqueseasexual, ni es un hombre de partido, y eso les estropea toda la estrategia que llevan años aplicando.
Y finalmente apareció Hillary contra Bernie... como ves la situación a días de Iowa Antxon? DanielArg
ResponderEliminarSin haber seguido de cerca la situación y comentando bastante a ciegas, creo que veremos algo parecido a lo que vimos en las primarias demócratas de 2016. Victoria ajustada de Biden en el caucus de Iowa, victoria mayor de la prevista de Bernie en la primaria de New Hampshire, amplia victoria de Biden en Carolina del Sur... y de ahí en adelante la misma dinámica que vimos en la competición entre Hillary y Bernie, con Biden ganando en los estados sureños con mucho electorado negro, en las primarias cerradas y en estados demócratas clásicos (Massachusetts, Nueva York...) y Bernie ganando en los caucuses, en primarias más abiertas y en estados de poca tradición demócrata (Oklahoma, Idaho, Kansas...) y quizá esta vez en algún gran estado tipo California (no sé cuándo vota).
ResponderEliminarComo ya dije, Bernie es un "problema" para el oficialismo demócrata desde el momento en que anuncia su candidatura. Necesitaban que no se presentara. Una vez que decide presentarse hay poca solución al "problema". Si es nominado dudan que pueda ganar, y si pierde la nominación sus seguidores van a decir que les han robado. Y Trump se hará eco continuamente: "They are taking the nomination away from Bernie for a second time. Rigged!" Así que el oficialismo demócrata estará cruzando los dedos para que Warren quede por delante de Bernie en Iowa y así pueda ser ella la rival de Biden en NH y más adelante.
Los demás candidatos, a esperar dar la sorpresa sabiendo que una sorpresa o llega en Iowa o New Hampshire o no llega. Butigieg, Yang, Bennet a hacer lo de Gary Hart en 1984. Quedar segundo contra pronóstico en Iowa y después dar la sorpresa en New Hampshire. Pero veo muy complicado que mientras Biden sea el rival a batir, el tapado que pueda surgir como alternativa vaya a ser otro moderado. Cuando Hart dio la sorpresa, el establishment demócrata y su candidato (Mondale) eran la ortodoxia de izquierda (si bien una izquierda más clásica, la de los trabajadores sindicalizados y los blancos étnicos, italianos, polacos, irlandeses) y Hart era el heterodoxo candidato jóvenes profesionales urbanos blancos de altos ingresos, capitalistas, pero liberales en las costumbres (What is a YUPPIE?); además Jesse Jackson era también candidato y mantenía el voto negro cautivo, y eso impedía a Mondale consolidarse. Desde la presidencia de Clinton, el establishment demócrata no es el ala izquierda del partido, ahora el ala izquierda, y más en concreto socialista, es la insurgente, por lo que lo normal es que el candidato que le termine disputando la nominación a Biden sea alguien procedente de ese ala. Para que fuese una batalla entre dos 'moderados' (no sé exactamente qué palabra utilizar) seguramente uno de los dos tendría que tener una identidad especial, es decir, ser negro (ejemplo, 2008) o algo así (no sé si el ser gay sería suficiente para Butigieg, creo que no, quizás si fuese al menos mulato y gay a la vez).
A Mini Mike no le concedo opciones, salvo en un escenario muy extraño en el que Bernie esté totalmente fuera de control en primavera y el aparato tenga que abandonar a Biden y solo le quede Bloomberg con dinero suficiente para seguir, sumar delegados y bloquear la convención. Pero ni por esas sería el nominado.