viernes, 29 de septiembre de 2017

"Ayudadme a decidir si debo continuar en la vida pública"

25 de julio de 1969. Ha pasado una semana desde que Ted Kennedy abandonó supuestamente la escena de un accidente dejando atrapada en el automóvil sumergido en el agua a la antigua secretaria de su hermano Bobby, Mary Jo Kopechne. El incidente de la isla de Chappaquiddick, un nombre retorcido difícil de olvidar, ha instalado firmemente en la mente del público ciertos prejuicios que ya existían sobre el pequeño de los hermanos Kennedy: malcriado, aficionado al vino, a las mujeres y a la conducción temeraria. Con sus planes presidenciales de futuro destruidos, el una vez prometedor político, de 37 años, en libertad condicional tras haber tardado nueve horas en informar de los hechos, pronuncia un discurso televisado para salvar como sea su escaño en el Senado.


Con traje oscuro y corbata oscura, ya sin el collarín que llevó en los primeros días, Kennedy reconoce su culpa. "Esta mañana he hecho una declaración de culpabilidad por los cargos de abandono de la escena de un accidente", dice. "Considero indefendible no haber informado del accidente inmediatamente".


Habla de obligación moral ("Me he sentido moralmente obligado", dice, "a declararme culpable") para abandonar el orgullo y postrarse en señal de reconocimiento de sus faltas y debilidades ante sus conciudadanos y de acatamiento de la increíble versión oficial de los hechos.


"No hay palabras por mi parte que puedan expresar el terrible dolor y sufrimiento que siento por este trágico incidente. Esta última semana ha sido agonizante para mí y para los miembros de mi familia. Y la pena que sentimos por la pérdida de una maravillosa amiga permanecerá con nosotros el resto de nuestras vidas.


"Estos eventos, la publicidad, las insinuaciones y los murmullos que los han rodeado y mi admisión de culpa esta mañana abren una pregunta en mi mente sobre si mi prestigio entre la gente de mi estado se ha visto tan dañado que debería dimitir de mi cargo en el Senado de los Estados Unidos. Si en algún momento, los ciudadanos de Massachusetts pierden la confianza en el carácter de su senador o en su capacidad, ya sea justificada o injustificadamente, opino que no podría cumplir adecuadamente con sus obligaciones y no debería continuar en el cargo.


"La gente de este estado, el estado que envió al Senado de los Estados Unidos a John Quincy Adams, Daniel Webster, Charles Sumner, Henry Cabot Lodge y John Kennedy, tiene derecho a estar representado por hombres que inspiren la máxima confianza. Por esta razón, entendería de sobra por qué algunos podrían pensar que lo correcto por mi parte sería dimitir. Para mí, esta será una decisión difícil de tomar.


"Han pasado siete años desde mi primera elección al Senado. Vosotros y yo compartimos muchos recuerdos. Algunos de ellos han sido gloriosos, otros han sido muy tristes. La oportunidad de trabajar con vosotros y servir a Massachusetts ha hecho que mi vida merezca la pena.


"Por lo tanto, esta noche os pido a vosotros, el pueblo de Massachusetts, que sopeséis esto conmigo. Busco vuestro consejo y opinión para afrontar esta decisión. Busco vuestras oraciones para tomarla. Esta es una decisión que finalmente tendré que tomar por mí mismo"
.




Chappaquiddick supone un cambio en la consideración y la delicadeza que siempre tuvo la gran prensa a la hora de tratar informaciones polémicas sobre los hermanos Kennedy. El discurso, tanto la narración de los hechos como el acto de contrición, recibe una mala respuesta incluso de The New York Times y The Washington Post, los dos periódicos que habían protegido el mito de la familia.


El Post se declara insatisfecho con el discurso en su editorial. El columnista Nicholas Von Hoffman, un demócrata entre demócratas, escribe que el discurso
requiere "trabajo y concentración para creértelo".


James Reston, del Times, acusa a Kennedy de esquivar a la prensa y
evitar un careo sobre su versión de los hechos.


La revista Time señala que la declaración de Kennedy
dejó las preguntas más importantes sin responder y generó otras nuevas. La revista Life manifiesta su completo descontento con su "teatro y simulación".


Jack Anderson, periodista de investigación y comentarista de ABC News, confiesa su cariño por el senador pero afirma que
no está contando la verdad de los hechos. ¿Qué intenta ocultar?, es la gran pregunta que se hace Anderson y nos hacemos todos. Tampoco se cree que el senador esté pensando en serio la posibilidad de abandonar su escaño.


Kennedy no tardará ni una semana en comunicar que no piensa abandonar el Senado. "He tomado la decisión de continuar en la vida pública después de la tragedia de Chappaquiddick", dice el 31 de julio. "Soy una persona muy diferente a la que era antes de esa tragedia. Y eso probablemente se refleja en mi visión de la vida, la gente, la fe en Dios. Soy una persona diferente".


Para pasar un rato entretenido, una película ligeramente inspirada en el incidente de Chappaquiddick: Impacto (1981) de Brian de Palma. Podéis verla completa aquí.

jueves, 28 de septiembre de 2017

La 'perra' de Maine se postula a Presidenta

27 de enero de 1964. La Senadora Margaret Chase Smith, republicana de Maine de 66 años, la primera mujer en servir en las dos cámaras del Congreso de EEUU, convoca a los periodistas en el Club Nacional de Prensa de Mujeres para comunicar que va a hacer lo impensable para una mujer de su generación: presentarse a Presidente.


"Concluí que debía tomar una decisión antes de finales de enero, y lo he hecho. No ha sido una decisión fácil", comienza diciendo en su comparecencia. "En primer lugar, se ha afirmado que debería presentarme porque tengo más experiencia nacional que ninguno de los otros candidatos anunciados o no anunciados. Con una experiencia que se remonta a 1940 y antedata a cualquiera de los otros.


"En segundo lugar, se ha afirmado que sin importar lo que ocurra conmigo, si me convierto en candidata, lo verdaderamente importante sería que a través de mí por primera vez las mujeres de los Estados Unidos tendrían la oportunidad de romper la barrera que impide a las mujeres ser consideradas seriamente para la Presidencia de los Estados Unidos. Destruir cualquier tipo de intolerancia contra las mujeres, al igual que el difunto John F. Kennedy rompió las barreras religiosas y destruyó para siempre esa intolerancia política.


"Por más gratificantes que sean las razones presentadas para pedirme que me presente, encuentro que las razones contrarias a que me presente impelen más. Porque si me presentara, sería bajo severas limitaciones por la falta de dinero, la falta de organización y la falta de tiempo debido a mi obligación de estar en Washington cumpliendo con mi deber como cargo electo sin abandonar esas obligaciones para hacer campaña. Además de que tengo todos los pronósticos en contra. Así que debido a estas fuertes razones que me impulsan a no presentarme, he decidido que lo haré"
.


En una carrera presidencial republicana acaparada por las potentes candidaturas de Barry Goldwater y Nelson Rockefeller como representantes de las alas conservadora y liberal del partido, respectivamente, la decisión de Smith no tiene valor sino por lo que significa: inscribiéndose como
candidata en las primarias de New Hampshire e Illinois ofrecerá a los votantes la posibilidad de votar por primera vez a una mujer en el proceso de nominación presidencial de uno de los dos grandes partidos.




Considerada entre moderada y liberal, Smith, natural de Skowhegan, es muy popular entre los maineses que la eligieron en 1948 y la reeligieron en 1954 y 1960, cuando derrotó a la demócrata Lucia Cormier en la primera ocasión en la historia americana en que dos mujeres se disputaron un escaño en el Senado. Todo ello, en aquella Maine que Stephen King nos dará a conocer en It (aquí os dejo un podcast imprescindible de seis horas sobre la novela y sus adaptaciones).


King la mencionará en su novela de 1979 La zona muerta"No hacía mucho que había terminado la era del maccarthysmo en Washington. La estrella de Joe McCarthy aún no había llegado a su ocaso en el Medio Oeste y a Margaret Chase Smith de Maine la llamaban 'la perra' por su famosa delaración de conciencia", escribe King en el prólogo que nos sitúa en los años cincuenta.


Por "su famosa declaración de conciencia" se refiere a un discurso de 1950 en el que criticó las tácticas del Comité de Actividades Antiestadounidenses y, sin mencionarlo, al Senador Joe McCarthy. En esa declaración, Smith enumeró lo que ella consideraba los cuatro principios básicos del
americanismo: el derecho a criticar, el derecho a abrazar convicciones impopulares, el derecho a protestar y el derecho a un pensamiento independiente.


King también se acordará de ella en la descripción de un personaje en Insomnia. "Cualquier sitio en el que hagan tratamientos eléctricos gratis y tengan chaquetas que se abotonan en la espalda," escribe King, "lo más seguro es que Charlie haya estado ahí. Últimamente se dedica al aborto. A finales de los sesenta se la tenía jurada a Margaret Chase Smith. Escribió cartas a todo el mundo, a la policía de Derry, a la policía del estado, al FBI, afirmando que era una espía rusa. Decía que tenía pruebas".

Se cambian de partido

12 de agosto de 1971. El Alcalde de Nueva York John Lindsay se sale del Partido Republicano para integrarse en el Partido Demócrata. El carismático republicano liberal explica que renuncia a su adhesión de toda la vida al GOP porque cree que se ha convertido en una institución cerrada que reprime la discrepancia y que invita a los liberales/progresistas a irse. Lindsay no atiende los ruegos de sus grandes contribuyentes (hombres como John Hay Whitney, Walter Thayer y David Rockefeller) y de los activistas de la Sociedad Ripon, que le advierten de que si él se va del Partido Republicano dejará que este se convierta en un partido conservador monolítico.


Los observadores más avispados sospechan que la verdadera razón de su salida es que cree imposible para él
presentarse a Presidente de EEUU por el Partido Republicano; ve más opciones de prevalecer en unas primarias demócratas. Las palabras escogidas por Lindsay en su anuncio, con referencias directas a las próximas elecciones presidenciales, confirman las sospechas.


"Esta mañana en Gracie Mansion [la residencia oficial del alcalde de Nueva York], la señora Lindsay y yo nos hemos enrolado en el Partido Demócrata. De alguna manera, este paso reconoce el fracaso de 20 años en la política republicana progresista. De otro modo, representa una decisión renovada de luchar por un nuevo liderazgo nacional. Hoy el Partido Republicano se ha alejado tanto de lo que yo percibo como políticas necesarias para nuestra ciudad y para el país, que ya no puedo intentar trabajar por más tiempo dentro de él. Ha quedado claro que el Partido Republicano y los líderes que lo controlan en Washington han abandonado de manera definitiva la lucha por un gobierno que responda a las necesidades de la mayoría de nuestro pueblo y de aquellos más necesitados. Me he unido al Partido Demócrata hoy porque ofrece la mejor esperanza de cambio en la dirección nacional y en el liderazgo nacional en las elecciones de 1972.


"Mientras los adictos a las drogas no reciben tratamiento y los niños van con hambre a la escuela, mientras la gente con problemas no recibe ayuda, Washington vota a favor de cientos de millones de dólares para rescatar a una sola corporación. El país más rico que el mundo haya conocido nunca se niega así a moldear su curso de modo que a sus niños se les enseñe, sus enfermos sean curados y su medioambiente sea purificado.


"Cuando el señor Nixon hizo campaña en 1968 le apoyaron prácticamente todos los republicanos, incluido yo mismo. Principalmente porque prometió parar una guerra debilitante y acabar con las divisiones que nos estaban separando. Pero en Indochina siguen los asesinatos de americanos, vietnamitas, laosianos y camboyanos, y nuestros soldados que quedan y sus familias se preguntan de qué diablos va todo eso.


"Por mi parte, empezaré ahora a ayudar a construir esta nueva coalición. ¿Si eso significa que me presentaré a Presidente? No lo sé. Pero sí significa que estoy firmemente comprometido con tomar parte activa en las elecciones de 1972 para traer un nuevo liderazgo nacional. Creo que este país puede volver a encontrar su camino"
.





2 de mayo de 1973. El ex Gobernador de Texas y ex Secretario del Tesoro John Connally, oficialmente "asesor especial en asuntos domésticos y exteriores" del Presidente Richard Nixon, convoca a la prensa para anunciar que abandona el Partido Demócrata por el Partido Republicano.


Es un cambio esperado desde que Connally aceptó en 1971 la oferta de Nixon de encabezar el Departamento del Tesoro. En las elecciones de 1972, el texano formó el comité Demócratas por Nixon porque el Partido Demócrata había sido tomado por personas cuya ideología le resultaba inaceptable. Por si fuera poco, se sabe el sucesor deseado por Nixon en el Despacho Oval, pero para serlo necesita convertirse en un republicano.


Simplemente ha esperado a la muerte de su padrino político, el ex Presidente Lyndon B. Johnson, para oficializar su nueva militancia republicana.


"Creo que en nuestra época el Partido Republicano es el que mejor representa la visión amplia de la mayoría de los americanos, sea cual sea su afiliación política", dice Connally. "Creo que es el que mejor puede proveer la fortaleza y la estabilidad para unir a nuestro pueblo y lidiar eficazmente con los problemas que esta nación enfrenta. Sé que ahora es el que mejor representa mis propias convicciones personales. Por consiguiente, hoy anuncio mi decisión de afiliarme al Partido Republicano y hacer todas las contribuciones que pueda para ayudarle a ocuparse de las necesidades y aspiraciones de todos los americanos".


Los reporteros le preguntan sobre el escándalo Watergate.


"No hay duda de que el Watergate es un lío inmundo. Fue un acto absurdo, estúpido e ilegal cometido por individuos. El Partido Republicano no lo hizo"
, dice. "Y una de las cosas que creo que necesitamos poner en perspectiva es el hecho de que los actos individuales no deberían ser atribuidos a la masa de miembros que pertenecen a un partido en concreto".


miércoles, 27 de septiembre de 2017

El primer anuncio de televisión negativo

En el otoño de 1956, las agencias de publicidad de la Avenida Madison de Manhattan, las mejores del mundo, evitan trabajar para los demócratas por miedo a enemistarse con los hombres de negocios republicanos que son sus mejores clientes. La única firma que acepta trabajar para la campaña demócrata es Norman, Craig and Kummel, una pequeña agencia con muy poca experiencia en política que es la número 25 en facturación.


Contra todo pronóstico, Norman, Craig and Kummel demostrará que se puede hacer de la necesidad virtud y que quien arriesga gana (sesenta años después estamos hablando de ellos). Los republicanos tendrán el dinero para aparecer más tiempo en pantalla, pero los demócratas demostrarán ser más innovadores en sus anuncios de televisión en 1956, creando el primer ejemplar de
spot negativo de 30 segundos que se tomará como modelo para crear otros de la misma clase en el futuro.


Mientras el equipo del Presidente
Dwight D. Eisenhower apuesta por caros anuncios de cinco minutos dedicados mayormente a elogiar al comandante en jefe y a enumerar sus logros, el equipo del ex Gobernador Adlai Stevenson "se toma su estilo televisivo con mucha más seriedad en 1956, con menos canciones publicitarias y números musicales y más mensajes directos contra Eisenhower. De hecho, en 1956, Stevenson inicia una tendencia que se intensificaría con los años", explican Lynda Lee Kaid y Anne Johnston en su libro de los años noventa sobre el estilo y contenido de la publicidad televisiva de las campañas presidenciales. "Stevenson es el primero que toma extractos de los anuncios previos de su oponente y los utiliza para atacar a su oponente. En una serie de anuncios, Stevenson toma declaraciones y promesas hechas por Eisenhower en sus anuncios de 1952 y los contrasta con su desempeño como Presidente, utilizando el lema "¿Me lo repite, General?" para remarcar sus supuestos fracasos".


El compañero de fórmula de Stevenson,
Estes Kefauver, es el encargado de hacer la denuncia.


NARRADOR: "¿Me lo repite, General?. Durante la campaña de 1952, el general Eisenhower prometió una gran cruzada".


GENERAL EISENHOWER en 1952: "Demasiados políticos han traicionado sus ideales de honestidad. Debemos volver a traer la integridad y el ahorro a Washington".


NARRADOR: "¿Me lo repite, General?".


GENERAL EISENHOWER en 1952: "Debemos volver a traer la integridad y el ahorro a Washington".


SENADOR KEFAUVER: "Soy Estes Kefauver. Esa fue otra promesa que el General no cumplió".


martes, 26 de septiembre de 2017

¿Será Ted Kennedy Presidente alguna vez?

Escena de Reposeída (1990) de Bob Logan, una parodia de El exorcista bastante malilla con algún momento divertido.


El marido y los hijos de la poseída están practicando con
la tabla ouija en el salón de la casa en presencia de un cura.


"¿Qué vas a preguntar primero, papá?", pregunta el niño.


"Bien, hay una cosa que siempre quise preguntar. ¿Será Ted Kennedy Presidente alguna vez?", pregunta el padre de familia.


La respuesta de la ouija no deja lugar a dudas.


Es el típico chiste que no os hizo gracia cuando lo visteis de niños porque no lo pillasteis. Ahora lo entendéis (Chappaquiddick).


"Lo que está ocurriendo hoy no podía ocurrir"

11 de mayo de 1992. El hombre de negocios Ross Perot habla frente al Capitolio de Austin, donde sus partidarios presentan 90 cajas de cartón que contienen 200,000 firmas, cuatro veces más de las necesarias para inscribirse como candidato en el estado de Texas.


"Todos los que entienden de política os dirán que lo que está ocurriendo hoy no podía ocurrir. Me dijeron, '¿No entiende usted que la gente corriente no puede organizarse? No pueden conseguir hacer esto. Es muy difícil'. Bueno, vosotros les habéis demostrado", dice el magnate informático de Dallas, que busca capitalizar en las elecciones generales el voto protesta acaparado por candidatos como Pat Buchanan, Jerry Brown y Paul Tsongas en las primarias republicanas y demócratas.


"No sois corrientes. Sois gente muy especial", les dice a sus partidarios. "Sois en parte propietarios de este gran país. No hemos sido unos buenos administradores de este gran país que nos pertenece, pero estamos estableciendo el ejemplo para reconstruir un gobierno que proceda de los propietarios. Que Dios os bendiga por ello".


Perot no ha declarado oficialmente su candidatura presidencial, pero desde que en el mes de febrero anunció en televisión que estaba abierto a presentarse, está dejando que sus partidarios se organicen para
incluir su nombre en las papeletas de los cincuenta estados. De momento ya han logrado entrar en las papeletas de Delaware, Tennessee y Utah. Y lo tienen muy avanzado en Maine, New Hampshire y New Jersey. En la recogida de firmas de Texas han superado todas las expectativas.


"Ahora habéis fijado la medida para todos los grandes estados de este país cumpliendo en Texas", dice Perot. "Os garantizo que las personas de California, Nueva York, Florida y esos otros grandes estados no podrán dormir hasta que al menos os igualen".


Si Lenora Fulani o John Anderson lograron montar campañas nacionales al margen de los grandes partidos, Perot no tendrá problemas para inscribirse en los ciencuenta estados dada su inmensa fortuna y popularidad (las encuestas dicen que Perot ganaría en Texas y California si las elecciones se celebrasen hoy. Ay, si hubiera Internet y redes sociales...).


Ha llegado el momento de descartar a los políticos demócratas y republicanos y
probar poner a un independiente en el Despacho Oval que gobierne sin estar condicionado y con responsabilidad, dice Perot, que asegura tener la fórmula para reducir el déficit, mejorar la economía y acabar con los conflictos raciales. "No creo que haya una sola persona hoy aquí al sol que se sienta cómoda gastando el dinero de sus hijos. Eso es lo que hemos estado haciendo. Tenemos que arreglar eso. Si pudiera desear una cosa para mis hijos y vuestros hijos sería dejar intacto el Sueño Americano para que puedan soñar grandes sueños y hacer que la mitad de esos sueños se hagan realidad. Estamos trabajando en eso".



El discurso completo, aquí.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Oh, decidme, ¿veis a la primera luz de la aurora la que izamos con orgullo al último rayo del crepúsculo? (2)

25 de mayo de 2016. En la recta final de la campaña para la primaria de California, Donald Trump, como es habitual en él, llega con una hora de retraso a un mitin en Anaheim. Los organizadores le dicen que no hay tiempo para el himno nacional porque las cadenas de televisión llevan mucho tiempo esperando su llegada. "Yo les he dicho que sí lo tenemos. Tenemos tiempo para el himno nacional. ¿Verdad?", dice Trump a su público.


"Tenemos a una joven señora que va a cantarlo", dice el candidato. "Y yo le he dicho, '¿Qué vas a hacer?'. Y ella ha dicho, 'Bueno, se suponía que iba a cantar, pero no tenían tiempo porque las cámaras de televisión no podían hacerlo'. Yo le he dicho, '¿Sabes qué? Vamos a hacer el himno nacional, ¿vale?'".


Trump cede el micrófono a Sherry Wilkins, una rubia americana que interpreta el The Star-Spangled Banner. A continuación, el candidato invita a subir al escenario a un grupo de mujeres para que bendigan al país y lo bendigan a él. El constructor de rascacielos acaba de
hacer una gran cosa de una pequeña cosa.


Trump es el nominado de facto del Partido Republicano desde que ganó la primaria de Indiana el 3 de mayo. Cuando los gerifaltes del establihment del partido 
ven improvisaciones como esta de su probable nominado (¿por qué ponerse así por el himno cuando no está amenazado?), se preguntan cómo rayos ha derrotado a sus candidatos sin advertir que acaban de presenciar el porqué.




7 de noviembre de 2016. Trump cierra su campaña en Grand Rapids, Michigan en la madrugada previa a las elecciones. A la espera del candidato, que llegará con una hora y media de retraso, Ted Nugent interpreta el himno nacional con su guitarra para sus paisanos michiguenses.


Oh, decidme, ¿veis a la primera luz de la aurora la que izamos con orgullo al último rayo del crepúsculo?

Marla VanHoose, una joven de Kentucky ciega por un caso suave de parálisis cerebral, fue una de las sensaciones de la última campaña presidencial. Creó tal conmoción con su interpretación del himno nacional en la presentación de la candidatura de Rand Paul en 2015, que fue requerida para rendir tributo a la bandera estrellada en el sexto partido de las finales de la NBA de aquel año, en competiciones de NASCAR, en la convención nacional republicana y en varios mítines de Donald Trump a lo largo de 2016.


Muéstrale tu apoyo escribiendo su nombre

23 de mayo de 1968. En Oregon se presenta la enésima campaña para reclutar a Nelson Rockefeller como candidato presidencial.


"Hoy me gustaría anunciar la formación del comité para que Rockefeller sea candidato por escrito"
, dice el responsable de la iniciativa, que cuenta con el apoyo de los legisladores estatales Joe Richards, de Eugene, y Floyd Hank, de Medford. "Me he comprometido a promover una campaña por inserción escrita a favor de Nelson Rockefeller en la primaria de Oregon el 28 de mayo. Conectado con nuestro programa, vamos a contactar por correo con todos los republicanos de este estado con los que tengamos la capacidad de contactar. Contactaremos en persona y telefónicamente con todos los republicanos a los que podamos llegar por esos medios en los próximos días".


¿Cómo se gestó la idea? "Hemos estado hablando durante semanas sobre lo que íbamos a hacer, y finalmente hemos decidido, después de Nebraska, donde se hizo un esfuerzo mínimo, que debería hacerse algún esfuerzo local".


"No he tenido contacto personal con George Hinman, Bob Douglas, el Gobernador Rockefeller o ningún otro del equipo", aclara el responsable en el acto de presentación de la iniciativa, rodeado de carteles con el lema "Rockefeller para Presidente" y la fotografía del protagonista.


El portavoz cuenta que llamó al Alcalde de Nueva York
John Lindsay, un amigo personal y aliado político de Rockefeller, para que "le dijera al gobernador que Joe Richards, Floyd Hank y yo íbamos a emprender esta operación y queríamos que él estuviera informado. No me ha dado ninguna aprobación y no ha contactado conmigo, y hemos seguido haciendo todo lo que podemos aquí en Oregon".


Lindsay "ha aceptado venir a Oregon el viernes para apoyar al comité de Oregon por Rockefeller. Su programa provisional incluye apariciones en Eugene, Corvallis, en la zona del Lloyd Center en Portland y un programa nocturno de televisión que será transmitido simultáneamente en todo el estado".


Si Lindsay va es que
Rockefeller está prestando atención. Pero los seguidores locales del gobernador de Nueva York temen que su ausencia sea muy perjudicial porque hace cuatro años hizo una campaña activa en Oregon presentándose como "el candidato que se preocupa de venir" después de que su entonces rival, Barry Goldwater, cancelase un par de apariciones en el estado.


El Gobernador de California Ronald Reagan tampoco es candidato oficialmente pero sí visitó el estado recientemente y sus partidarios planean publicar anuncios en color en las ediciones dominicales de cuatro periódicos oregonianos. Los analistas creen que el conservador Reagan podría igualar el 22 por ciento que obtuvo en Nebraska y quedar por delante de Rockefeller, al que los pronósticos otorgan
el 15 por ciento. El resto de los republicanos registrados, el 60 por ciento aproximadamente, iría con Richard Nixon, quien sí es un candidato activo y se ha gastado 450,000 dólares en el estado del castor.


"No esperamos ganar esta primaria, no estamos en ella para ganar, ni siquiera para terminar en segundo lugar"
, dice el protavoz de la iniciativa pro-Rockefeller. "Estamos en ella simplemente para animar a los partidarios de Rockefeller a que le muestren su apoyo escribiendo su nombre".


domingo, 24 de septiembre de 2017

Madrid, Washington (2)

13 de octubre de 1981. Ceremonia de Bienvenida al Rey Juan Carlos I en el Pórtico Sur de la Casa Blanca. Es la cuarta visita del monarca a la Casa Blanca. La primera con España en la OTAN.




7 de mayo de 1985.
Discurso del Presidente Reagan a favor del libre comercio en la sede de la Fundación Juan March de Madrid. El evento ha sido organizado por la discreta Asociación para el Progreso de la Dirección. El maestro de ceremonias es Claudio Boada, el barcelonés que preside el Banco Hispano Americano y que antes presidió los Altos Hornos de Vizcaya, el Banco Madrid, el Instituto Nacional de Industria y Ford España.




7 de mayo de 1985. Cena de Estado en el Palacio Real de Madrid en honor al Presidente de los Estados Unidos de América.




24 de julio de 1984.
Manuel Fraga, líder de la oposición en el parlamento español, es recibido en el Despacho Oval. Le acompaña Luis Guillermo de Perinat, marqués de Campo Real y Perinat. Fraga consigue entrar en la Casa Blanca gracias a la influencia del cantante Julio Iglesias, votante de Alianza Popular y amigo de la Primera Dama (ya ha actuado en la Casa Blanca en el especial de Navidades del 83 y durante una cena de estado en honor de François Mitterrand).


Los intentos del presidente de AP por ser recibido por el Presidente de EEUU duran años y son conocidos entre los funcionarios de la Casa Blanca como "The Fraga saga" (el folletín Fraga), quedando registrados así en los telegramas del Consejo de Seguridad Nacional. Hasta que la coyuntura política en España (el gobierno de Felipe González condena la invasión de la isla de Granada y el PSOE está en medio de una intensa discusión interna sobre su posición respecto a la permanencia en la OTAN) hace que en el Ala Oeste digan: '¡mira, este puede ser un buen momento para recibir al Fraga este al que vetamos en el 76! Londres lo tiene controlado'.


(Para ver la foto en grande, click aquí)



Vascos y catalanes

22 de marzo de 1988. El Lendakari vasco José Antonio Ardanza (ex seminarista jesuita) es recibido en el Despacho Oval. A Ardanza le acompañan su asesor personal, José Luis Zubizarreta (padre del lazo azul), y el consejero de Cultura, Joseba Arregui (ex cura), además de los miembros de la comunidad vascoamericana Pete Cenarrusa, Roy Eiguren y Paul Laxalt, amigo íntimo del Presidente y artífice de la reunión. Reagan se encuentra literalmente rodeado de vascos. El lendakari le regala una makila (bastón) con empuñadura de plata. Es uno de los momentos cumbre de una dilatada relación política y militar que pasa por el Vaticano y la colonia vasca del Oeste americano.


(Para ver las fotos en grande, click aquí y aquí)




5 de febrero de 1990. El Presidente de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol es recibido por el Presidente George H.W. Bush en el Despacho Oval. El encuentro ha sido organizado por el lobby The Keefe Company. No ha costado mucho convencer a Bush. El Presidente agradece el entusiasta apoyo de Pujol a la reciente intervención de EEUU en Panamá, que contrastó con el desmarque del gobierno español. El embajador de España en Washington está presente en el encuentro para 1) afirmar la relación preferente de EEUU con España, y 2) para que llegue a oídos del gobierno español el agradecimiento de Bush a Pujol por su defensa pública (con críticas a Madrid) de la operación de Panamá. Pujol obsequia a Bush con una estatua de Sant Jordi.


Además de con Bush, Pujol se entrevistará con el número dos del Departamento de Estado, Larry Eagleburger; con el Secretario de Comercio
 Robert Mosbacher; con el líder republicano del Senado, Bob Dole; y con el Gobernador de Nueva York y potencial candidato presidencial en 1992, Mario Cuomo.


Madrid, Washington (1)

Con motivo de la próxima visita del Primer Ministro español a la Casa Blanca a implorar una declaración oficial en contra del proceso catalán, repasamos en vídeo algunos encuentros bilaterales entre los líderes de EEUU y de la España del 81.


21 de junio de 1983. Sin hablar una palabra de inglés y con tan solo 41 años, Felipe González se adentra en el Despacho Oval acompañado de Fernando Morán, Miguel Boyer, Gabriel Mañueco de Lecea, Eduardo Sotillos, Julio Feo, José Manuel Allendesalazar, Guillermo de la Dehesa y Terence Todman. Es la primera excursión del PSOE a la Casa Blanca.




7 de mayo de 1985. Felipe González recibe al Presidente Reagan en el Palacio de la Moncloa un mes antes de firmar el acta de adhesión a la Comunidad Europea que el gobierno español quiere vincular a la necesidad de permanencia en la OTAN.




19 de octubre de 1989. Felipe González comparece con el Presidente George H.W. Bush en la Sala Este de la Casa Blanca diez días antes de las elecciones generales en España. El español le ha presentado al estadounidense una propuesta de solución de la crisis panameña.




6 de diciembre de 1993. Felipe González y el Presidente Clinton se encuentran en la Casa Blanca. Tratan los asuntos europeos y las relaciones económicas. González se congratula por la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). Adicionalmente, Clinton se pronuncia sobre la decisión de Corea del Norte de no unirse al Tratado de No Proliferación Nuclear.


viernes, 22 de septiembre de 2017

¿A quién rayos le importa Alabama? (2)

4 de julio de 1973. George Wallace y Ted Kennedy celebran juntos el Día de la Independencia en el festival "Espíritu de América" en Decatur, Alabama. El gobernador de Alabama y el senador por Massachusetts son dos potenciales aspirantes presidenciales para 1976 y los máximos representantes de dos sectores aparentemente irreconciliables dentro del Partido Demócrata.


Diez años antes, Wallace había defendido las leyes de segregación racial y había impedido el ingreso en la Universidad de Alabama de los primeros estudiantes negros, obligando al Presidente John F. Kennedy, el hermano mayor de Ted, a movilizar a la Guardia Nacional.


Pero ahora cada vez más gente empieza a comprender que la larga cruzada de Wallace y otros ("Apoyé la segregación porque era la ley", suele defenderse Wallace) no es en realidad (o no solamente) una lucha racial, sino un movimiento contra "los burócratas de cabeza puntiaguda que no podrían ni aparcar bien sus bicicletas" y "el gobierno pseudointelectual donde solo un grupo elitista y selecto redacta directrices en agencias y decisiones judiciales, y habla desde algunos púlpitos, algunos cámpuses, algunas redacciones de periódico, mirando por encima del hombro al hombre corriente de la calle".


El lobby negro NAACP condena la visita de Ted Kennedy a Decatur. Eso no detiene al senador, que describe a Wallace como un creyente en el "verdadero espíritu de América" y alguien que apoya
el derecho de todos a "decir lo que piensan y a ser escuchados". En definitiva, la voz políticamente incorrecta de partes olvidadas de la sociedad.


"Todos sabéis que el Gobernador Wallace y yo opinamos diferente sobre algunos asuntos importantes. Y hay muchos en el Partido Demócrata y a lo largo de este país que están en desacuerdo con los dos. Pero tenemos algo en común: no corrompemos, no difamamos y no abusamos de la confianza que la gente nos ha otorgado", dice Kennedy.


Otra cosa que tienen en común es que ambos están en la lista de enemigos peligrosos de la Casa Blanca de Nixon, aunque se supone que todavía no lo saben. "Nosotros no compilamos una lista de enemigos cuyas carreras y vidas son destruidas por no estar de acuerdo", dice Kennedy. "No utilizamos las tácticas de los criminales o el poder de la ley para silenciar a aquellos cuyas ideas son diferentes de las nuestras".


Wallace utiliza la visita de Kennedy para mejorar sus difíciles
relaciones con los sindicatos. El gobernador divisa al líder sindical Barney Weeks entre la multitud y le invita a subir a la tribuna.


150 reporteros, muchos nacionales, cubren el evento, que mañana irá en la portada de The New York Times. El columnista William Safire lo definirá como "un importante punto de inflexión" en el Partido Demócrata tras una década de amargos conflictos.


El artífice del encuentro entre los dos divos es
Robert Strauss. El nuevo presidente del Comité Nacional Demócrata empieza con buen pie su andadura al frente del partido. Strauss confesará tiempo después: "Sabía que Ted Kennedy era exactamente lo que yo necesitaba y lo que el Partido Demócrata necesitaba. Y sabía que ponerlo al lado de George Wallace sería un espectáculo tremendo. Se lo comenté a los dos y ninguno de ellos vaciló. Debo confesar que me tenía muy nervioso que algo saliera mal. Me preocupaba todo, desde la seguridad hasta la grosería por parte de cualquiera de los dos o de sus asesores".


¿A quién rayos le importa Alabama?

4 de julio de 1984. Es un día histórico en Decatur, la octava ciudad de Alabama. El Presidente de los Estados Unidos está en la localidad para asistir al festival anual "Espíritu de América".


Ronald Reagan ganó Alabama por solo 17,000 votos (un 1.3 por ciento) en 1980 contra el sureño Jimmy Carter. Este año nadie duda de que el Presidente logrará sin esfuerzo una cómoda victoria en el estado del algodón. ¿Por qué ir allí? ¿A quién rayos le importa Alabama?, se preguntan los engolados analistas nacionales.


Ed Rogers, responsable de la campaña de reelección del Presidente en Alabama, explica la decisión de pasar el Día de la Independencia de un año de elecciones en la generalmente desdeñada Alabama. "Es un buen evento para él. Es patriótico. Es su tipo de evento y es su tipo de gente".


Decatur brinda al Presidente una bienvenida como las que solo suelen ofrecer las ciudades pequeñas. The Daily, el principal periódico de Decatur, publica un editorial titulado "Hagamos que sea un gran día" en el que pide a los vecinos "limpiar, arreglar y pintar nuestras propiedades. Desmalezar las calles y los jardines descuidados".


Unas 25,000 personas se movilizan para ver al comandante en jefe del ejército más poderoso del mundo en un parque de este lugar olvidado de la ribera del río Tennessee. Siguiendo la moda clásica sureña pensada para el calor y la humedad, Reagan aparece vestido
con un traje blanco.


Chris Hames, un chaval de 12 años, le lanza al Presidente la gorra de su equipo de la Dixie Youth Baseball. El Presidente se la prueba y la enseña a la multitud. Hames todavía no lo sabe pero tendrá ocasión de encontrarse con Reagan en el backstage y será invitado a su segunda Inauguración el 20 de enero de 1985.


El Presidente Reagan pronuncia un discurso de unos veinte minutos.


"Qué maravilla de festival. Y lo más impresionante es que empezasteis esta celebración anual del Cuatro de Julio hace dieciocho años, cuando algunas personas decían que el patriotismo estaba pasado de moda en aquella época"
, dice. "Bueno, supongo que aquí en Decatur nunca estuvo pasado de moda. Cuando otras personas estaban quemando nuestra bandera, vosotros la estabais ondeando. Y no sé si alguna vez un Presidente os ha dado las gracias por ello, pero, por favor, aceptad mi gratitud y mi admiración".


"Respeto los valores arraigados aquí y el orgullo que es parte del carácter sureño"
, les dice a los alabamianos. "Me atrae vuestro buen juicio y vuestras tradiciones decentes, vuestra fidelidad a Dios y vuestra fe en vuestra región. Y conozco vuestro amor por nuestro país y que sois muy protectores con él".


Habla de la misión providencial de EEUU citando a John Winthrop: "Deberíamos ser una ciudad resplandeciente sobre una colina para todo el mundo".




Pero el viaje a Decatur no será el último que haga a Alabama en esta campaña electoral...


15 de octubre de 1984. Faltan tres semanas para las elecciones. El Presidente Reagan vuelve a Alabama, esta vez a Tuscaloosa, no demasiado lejos de donde un meteorito aterrizó en el sofá de una mujer en los años 50 (el único caso registrado de meteorito que golpeó a un ser humano), para dar un mitin en la Universidad de Alabama y echar una mano a Albert Lee Smith, un candidato al Senado que busca ganar montado en los faldones de Reagan.


Cuando, concluido el mitin, Reagan se dirige hacia el aeropuerto para abandonar el estado, la limusina presidencial se desvía y hace una parada inesperada (inesperada para los demás, pero bien planeada por su equipo)
en un restaurante McDonald's.


El Presidente pide
un Big Mac con patatas fritas y un té helado al estilo sureño que paga con un billete de 20 dólares que saca de su bolsillo. Busca una mesa para disfrutar de la comida. Se acerca a Charles y Greg, dos vecinos de Tuscaloosa, y les pregunta si puede sentarse con ellos. Cómo no, estos le dicen que sí.


¿Cuándo fue la última vez que comió en un McDonald's?, le preguntan los reporteros.


"Bueno, fue antes de que consiguiera este trabajo"
, dice el Presidente. "Pero a veces lo echo de menos. He pensado que siempre y cuando tenga la oportunidad, podría aprovecharla y parar en uno".


Pero la parada no es en absoluto improvisada. Cuando el Presidente se marche, el encargado del restaurante explicará al Tuscaloosa News que "hacia las nueve y media de la mañana, he visto a dos tipos trajeados husmeando en el contenedor de basura y me he preguntado, ¿quién demonios son estos tipos?. He salido y les he preguntado qué estaban haciendo y me han dicho que estaban con el Servicio Secreto y la Casa Blanca y que el Presidente quería parar aquí a comer".


jueves, 21 de septiembre de 2017

Hacer contactos

3 de mayo de 2003. Joe Lieberman, Howard Dean, Bob Graham, Dick Gephardt, Carol Moseley Braun, John Kerry y John Edwards estrechan manos e intercambian palabras con destacados militantes demócratas surcarolineses antes de la cena Jefferson-Jackson del Partido Demócrata de Carolina del Sur.


Esta actividad de los candidatos en los tiempos muertos es tan importante como lo que hacen sobre el escenario. Especialmente en la fase inicial de la campaña. 
Ir solo a dar un discurso y marcharse puede causar una mala impresión. Es recomendable llegar media hora, una hora o varias horas antes a estos eventos para hacer amigos, cerrar compromisos con activistas o encarrilar algún endorsement importante.



El tecnócrata, el 'nerd', el nacionalista, el reverendo, el iconoclasta y el príncipe luchan por el voto de los neohampshireños

21 de noviembre de 1987. A menos de tres meses de las primarias, 6 candidatos presidenciales aparecen en la convención estatal del Partido Demócrata de New Hampshire. Cada uno de ellos pronuncia un breve discurso antes de participar en un foro de discusión. Los más de 1,000 delegados reunidos en el campus del St. Anselm College de Manchester, divididos por su fervor por candidatos rivales, también compiten entre sí por ofrecer la mejor demostración de fuerza. Y los observadores independientes evalúan a los aspirantes como si de una feria de ganado electoral se tratase.


Con Gary Hart fuera de la competición por un escándalo sexual,
Michael Dukakis mantiene una ventaja en el estado de granito gracias a que procede de la vecina Massachusetts. No obstante, el desapasionado gobernador tecnócrata de origen griego señala que "estamos haciendo una campaña nacional" y se presenta como el candidato que "sabe cómo tomar las difíciles decisiones presupuestarias" con cabeza y corazón. Se reafirma en su oposición a la apertura de la planta nuclear de Seabrook, y los neohampshireños le creen porque la planta está más cerca de Massachusetts que de algunos puntos de New Hampshire.


Paul Simon, favorito en las encuestas de Iowa, defiende su propuesta de ayudas a las personas mayores para que puedan costearse las residencias de ancianos. "Quiero un gobierno que se preocupa", dice. El senador por Illinois, bajito y arrugado, tiene pinta de empollón y atrae a los estudiantes.


Dick Gephardt, congresista por Missouri con cara rara, el preferido de los sindicatos con su potente mensaje de nacionalismo económico, critica al Presidente Reagan. "No más apuntadores, no más teleprompter, no más Presidentes dormidos", dice.


Jesse Jackson, el candidato de los afroamericanos y los antisistema, que sube como la espuma gracias a su talento para agitar a las masas, pide a los demócratas que nominen a un candidato capaz de ofrecer "un liderazgo moral". El reverendo activista ataca los ajustes presupuestarios de la administración, apoyados por algunos en su propio partido. "Como demócratas", dice, "no deberíamos ser débiles y flojos sobre cómo salir de este déficit presupuestario. Veamos cómo nos metimos en él".


Jackson propone recortar drásticamente el gasto militar y subir los impuestos a los ricos y a las empresas. "América es militarmente fuerte, Reagan es moralmente débil. Necesitamos un liderazgo fuerte y una nueva dirección", dice.


El Gobernador de Arizona
Bruce Babbitt, el iconoclasta conservador fiscal/liberal social/medioambientalista del grupo, se concentra en la necesidad de acabar con el déficit.


Al Gore, el príncipe de Tennessee, el más joven del grupo con solo 39 años y el más calculador, describe las políticas de Reagan como "una catástrofe" y se queja de que el calendario de primarias, y en especial el caucus de la populista Iowa, obliga a los candidatos demócratas a tirarse demasiado a la izquierda perjudicando al partido de cara a las elecciones generales.


"El caucus de Iowa anima a todos los candidatos a confeccionar un mensaje para un grupo que en realidad no es representativo de todo el electorado"
, dice el Senador Gore para justificar su decisión de
poner el foco en las primarias de los estados sureños programadas para el 8 de marzo.


Dukakis dice que mantiene diferencias importantes con Gore en la política de Defensa, "pero por favor, que no me diga que es por culpa de alguien del caucus de Iowa".


Simon ejerce de defensor número uno de los iowanos: "No es verdad que Iowa no sea representativa de la nación". El senador por Illinois también difiere de Gore en temas militares y le acusa de pretender ocupar el hueco de Sam Nunn, el candidato que querían reclutar los demócratas más militaristas. "Entiendo el electoralismo de eso. Sam Nunn se salió de la carrera y de repente vimos emerger a un nuevo Al Gore".


miércoles, 20 de septiembre de 2017

¿Cuál es mi profesión?

Jimmy Carter decide a finales de 1972 que va a presentarse a las elecciones presidenciales de 1976. Hay un problema: nadie sabe quién es. George Gallup no lo incluye en su lista de treinta y ocho (¡treinta y ocho!) potenciales candidatos. The Washington Post ni siquiera escribe correctamente su nombre en una información de 1972, refiriéndose a él como "Gobernador Jimmy Collins".


Sus asesores le recomiendan una serie de pasos para darse a conocer un poco más a nivel nacional. Para empezar, una visita a un popular programa de entretenimiento.


Durante su aparición en What's My Line? de CBS en 1973, ninguno de los panelistas es capaz de identificar al desconocido gobernador de Georgia. Y eso que no llevan los ojos vendados como en otras ocasiones. Finalmente es el crítico de cine Gene Shalit quien, después de realizarle varias preguntas para descartar opciones, adivina que ese hombre de cara rara, amplia sonrisa, verbo pausado y aire espiritual es un gobernador.


Sondeo de paja y juego de expectativas en el estado soleado

14 de noviembre de 1987. George Bush se impone a Pat Robertson en el sondeo de paja del Partido Republicano de Florida. El Vicepresidente recibe 1,322 de los 2,313 votos emitidos por los delegados de la convención estatal o lo que es lo mismo, el 57.2 por ciento. Robertson se hace con 849 votos que suponen el 36.7 por ciento del total.


Le sigue una competición sin cuartel entre los asesores de ambos candidatos en la zona mixta sobre quién es el ganador moral.


Marc Nuttle, el agresivo jefe de campaña de Robertson, declara que el segundo lugar de su candidato significa que Robertson y Bush están metidos en "una carrera de dos hombres" en Florida.


"Estamos totalmente contentos por los resultados y encantados por lo que hemos conseguido", dice Nuttle. "Declaro la victoria en nuestros términos. Nosotros lo hemos hecho mejor de lo esperado y ellos no lo han hecho como esperaban".


El equipo de Robertson había indicado antes de la votación que Bush necesitaba ganar con un 70 por ciento para cumplir las expectativas porque cuenta con el apoyo del Gobernador Bob Matínez y otros altos cargos floridanos y ha invertido 250,000 dólares en el sondeo de paja. El equipo de Bush había indicado que Robertson necesitaba superar el 40 por ciento para demostrar su viabilidad. Ninguno logra lo que la otra campaña le demandaba, pero los dos afirman haber superado sus propias perspectivas.


"El 57 por ciento es una victoria buena y sustanciosa en el manual electoral de cualquiera", declara Lee Atwater, el campaign manager de Bush.


El test genera mucha atención mediática porque su anterior edición, la de 1979, sirvió para eliminar de la contienda a John Connally (esperaba ganar el sondeo de paja tras una fuerte inversión; lo perdió y eso supuso el inicio de su caída) y afianzar las candidaturas de Ronald Reagan y George Bush.


El Senador
Bob Dole, segundo en todas las encuestas republicanas nacionales, pide que no se incluya su nombra en la votación aunque permite que se proyecte un vídeo sobre su vida en el evento que precede a la votación. Los 39 votos que recibe figuran en la categoría de "otros".


Dos candidatos,
Jack Kemp, congresista por Nueva York, y Pete du Pont, ex gobernador de Delaware, no acuden a Orlando y terminan con 64 y 10 votos, respectivamente.


El ex Secretario de Estado
Alexander Haig, muy devaluado tras su salida por la puerta de atrás de la administración Reagan en 1982, se presenta en Orlando a protestar contra el proceso de selección de delegados de la primaria de marzo, pero permite que incluyan su nombre en el sondeo de paja porque "yo no deserto". Recibe 25 votos.


Haig también hace las veces de analista al predecir la entrada del Gobernador de Nueva York Mario Cuomo en las primarias demócratas si el insurgente Jesse Jackson continúa subiendo en las encuestas.


"Si Jesse Jackson es el candidato de una mayoría relativa después de las primarias de febrero y marzo, no sería difícil que vuestros colegas demócratas aquí en el Sur se junten entusiásticamente detrás de ese urbanita de Nueva York", dice el General retirado.


El discurso de Robertson es recibido con entusiasmo por los soldados del
movimiento evangélico, una de las patas de la coalición electoral de Ronald Reagan en los últimos siete años. Partiendo de la base evangélica, el telepredicador busca crear un movimiento populista de amplio alcance.


"En el Partido Republicano hay sitio para las minorías, para los negros, los hispanos, las mujeres, los jóvenes, los viejos, los evangélicos, los afiliados a sindicatos"
, dice Robertson. "Nuestra tarea es derrotar a los demócratas, y hacerlo juntos".


El favorito Bush es el primero en hablar (Si no contamos al Fenómeno Ben Fernández). Es introducido por su hijo floridano, John Ellis "Jeb!" Bush, quien desde enero es el secretario de Comercio de Florida.


Bush padre pone el énfasis en su experiencia como Vicepresidente de un Presidente que sigue siendo muy popular entre las bases del partido. "Yo sé lo que cruza por su escritorio", dice Bush. "La Presidencia no se parece a ninguna otra cosa. Yo estuve en el Congreso. No es nada parecido a ser miembro del Senado o de la Cámara de Representantes".


Florida votará junto a otros estados en el Supermartes del 8 de marzo de 1988 y entregará 62 delegados.



Discursos de los candidatos ante los activistas del Partido Republicano de Florida y roll call de los condados

martes, 19 de septiembre de 2017

Dos gallos presidenciables en el corral del Presidente

30 de marzo de 1981. Con el atentado contra la vida del Presidente Ronald Reagan asoma a la superficie la rivalidad entre Alexander Haig y George Bush, dos hombres de la misma quinta (nacidos en 1924) que ambicionan con suceder al comandante en jefe en 1984 (si no se presenta a la reelección debido a su edad) o 1988.


Haig, secretario de Estado, es un General de cuatro estrellas que ha servido a tres Presidentes y tiene
sus propias ambiciones presidenciales. Es el hijo de un abogado. Se graduó por West Point y luchó en Corea y Vietnam. Es el miembro del gabinete que más titulares genera y quiere ser más poderoso que sus antecesores al frente del Departamento de Estado. Le gusta decir que es el vicario de Reagan en política exterior.


Bush, Vicepresidente, es hijo de un senador y fue
educado para ser Presidente algún día. Su hambre por la Presidencia es de dominio público desde finales de los años sesenta, cuando descuidó la planificación a largo plazo de su negocio petrolero para buscar sin éxito un escaño en el Senado como su padre. Ahora teme que una Vicepresidencia sin funciones concretas perjudique sus planes.


A las 2:27 de la tarde, cuando el Presidente recibe un balazo en su pulmón izquierdo a unas manzanas de la Casa Blanca, Bush se encuentra
en Texas a bordo del Air Force Two acompañado de tres aliados políticos, el Gobernador Bill Clements y los Congresistas Jim Collins y Bill Archer. También le acompaña el Líder de la Mayoría de la Cámara de Representantes de EEUU, el demócrata texano Jim Wright. Un pequeño grupo de leales y un líder parlamentario del partido rival es justo lo que todo hombre querría tener al alcance si se viera en la situación de heredar la Presidencia en unas circunstancias dramáticas. Por casualidades de la vida, horas antes del atentado, Bush ha estado en Fort Worth dedicando una placa de lugar histórico al Hyatt Regency, el hotel donde JFK pasó su última noche.


El Air Force Two permanece reabasteciéndose en el aeropuerto de Austin con Bush a bordo hasta más de una hora y media después de las primeras informaciones del atentado. Los más suspicaces o malpensados especularán con que Bush quiere permanecer en tierra para tener acceso rápido a un juez por si tiene que jurar el cargo de Presidente. Finalmente, pasadas las 4 de la tarde, hora del Este, el avión del Vicepresidente despega rumbo a Washington, DC.


El gabinete se encuentra reunido en la Sala de Situaciones de la Casa Blanca, situada en el sótano del Ala Oeste. Con el personal más cercano al Presidente (el Jefe de Gabinete, James Baker y el consejero principal, Ed Meese) en el Hospital George Washington, Haig, el hombre más experimentado del gobierno, se arroga el papel de sustituto del Presidente y el Vicepresidente y lleva la voz cantante en el manejo de la crisis.


En medio de la confusión informativa y con el subsecretario de prensa, Larry Speakes, completamente superado por la situación (el secretario de prensa, James Brady, iba acompañando al Presidente y ha resultado gravemente herido en el tiroteo), Haig decide irrumpir en la sala de prensa a las 4:14 de la tarde. "Damas y caballeros, quisiera tocar de pasada algunas cosas asociadas con la tragedia de hoy. En primer lugar, como sabéis, estamos en contacto permanente con el Vicepresidente, quien está volviendo a Washington", dice el secretario de Estado. "Hemos informado de la situación a nuestros amigos en el exterior. Por lo que sabemos, la condición del Presidente es estable y ahora está siendo sometido a una operación quirúrgica. Y en este momento no estamos contemplando medidas de alerta de ninguna manera".


Preguntado sobre quién está tomando las decisiones de gobierno en ese momento, Haig responde: "Constitucionalmente, caballeros, está el Presidente, el Vicepresidente y el secretario de Estado, en ese orden. Y si el Presidente decide que quiere transferir el timón al Vicepresidente, así lo hará. No lo ha hecho. Por ahora, yo estoy al mando aquí en la Casa Blanca, aguardando el regreso del Vicepresidente y en contacto permanente con él. Si surge algo, lo verificaría con él, por supuesto".


Bush llega a la Casa Blanca a las 7 de la tarde, cuando a Reagan ya le ha sido extraída la bala y se sabe que sobrevivirá. Richard Allen, consejero de seguridad nacional del Presidente, le presenta el borrador de la declaración que hará a los medios que le esperan en la sala de prensa.


"Tengo una declaración muy breve que me gustaría leer", dice Bush desde el atril del portavoz. "Estoy sumamente animado por el informe del doctor O'Leary sobre la condición del Presidente. Ha salido de esta experiencia brillantemente y con las perspectivas más optimistas para una recuperación completa. Puedo asegurar a la nación y al mundo que nos está mirando que el gobierno americano está funcionando plena y eficazmente. Hemos tenido una plena y completa comunicación a lo largo del día y los oficiales del gobierno federal han estado cumpliendo sus obligaciones con habilidad y cuidado. Ahora hablo en nombre del Presidente y de su familia cuando digo que les estamos muy agradecidos a todos, a muchas personas de todo el país que han expresado su preocupación por este acto de violencia. Finalmente, permítanme que añada nuestra profunda preocupación por los dos valientes agentes del orden público que sirvieron para proteger al Presidente y, por supuesto, por el amigo de todos aquí, el entregado servidor público Jim Brady. Vamos a seguir su evolución con todas nuestras oraciones y todas nuestras esperanzas. Y ahora voy a acercarme a hablar brevemente con la señora Reagan, que ha regresado a la residencia. Muchas gracias a todos".


El Vicepresidente abandona la sala de prensa sin aceptar preguntas.


Todas las declaraciones vertidas en la sala de prensa de la Casa Blanca el 30 de marzo de 1981 (David Gergen, Larry Speakes, Haig y Bush)



Unas lecturas de interés:


* Dos días antes del atentado, el diario español El País se refiere (aquí y aquí) a la lucha de poder entre Haig y Bush. 


The Dallas Morning News nos relata aquella tensa jornada desde el punto de vista de Bush.

Retirada y 'endorsement'

14 de julio de 1999. Tras cuatro meses de campaña en Iowa y New Hampshire, el Congresista por Ohio John Kasich, de 47 años, anuncia que abandona la carrera por la nominación presidencial republicana de 2000.


"Desearía no tener que estar hoy aquí para deciros que he tomado la decisión de no buscar la nominación", dice Kasich en una primera comparecencia en su querida Columbus. "Creo que hay que ser lo suficientemente maduro en política y en la vida para saber aceptar las decepciones".


Horas después, el congresista explica su decisión en una conferencia de prensa en Washington, DC. "Tenía que ser honesto y hacer una evaluación", dice. "No me arrepiento en absoluto" de haber dado el paso de anunciar la candidatura el pasado mes de marzo porque "he crecido como hombre y como líder como resultado de esta experiencia".


Kasich rara vez ha superado el 3 por ciento en las encuestas republicanas. Pero el principal escollo con el que se ha topado han sido las finanzas electorales. Ha recaudado 3 millones de dólares en el primer semestre del año, incluyendo 1 millón y medio que ha transferido de su última campaña al Congreso. Eso es muy poco frente a los 36 millones de dólares recaudados por el favorito de los republicanos, George W. Bush.


El ya ex candidato comunica su decisión de
apoyar a George W. Bush porque siente que sus ideas son parecidas. El concepto de 'conservador compasivo' de Bush "define un poco todo sobre John Kasich", dice. "Me siento como si tuviera un hermano del alma".


"Voy a convertir en una prioridad el luchar y trabajar por la elección de mi amigo George Bush", declara Kasich. "Viéndole dar un discurso o una entrevista en televisión", dice sobre Bush, "juro que podría quitarle el sonido y ponerle mi propia voz".


Kasich invita a Bush a que se una a él en el escenario. Posan juntos para las cámaras mientras se ponen gorras con el logotipo electoral del gobernador de Texas y se dan palmaditas en la espalda.


"Estoy honrado de tener el apoyo de John Kasich", dice Bush. "John es un soplo de aire fresco en la política. Para mí representa lo mejor del proceso político. Estoy entusiasmado de que seas parte del equipo". Le felicita por su buena campaña, pero "a veces las estrellas se alinean y a veces no".


Una reportera pregunta a Bush sobre las posibilidades que tiene Kasich de ser su compañero de fórmula. "Acaban de incrementarse", responde, provocando las carcajadas de Kasich. "Tengo que ganarme la nominación de mi partido", precisa Bush. "Tengo mucho trabajo que hacer. Tengo mucha gente a la que convencer de que soy la persona adecuada para ser el nominado republicano y no nos vamos a preocupar por la administración y los Vicepresidentes y todo eso hasta después del proceso de nominación".


lunes, 18 de septiembre de 2017

Un comité exploratorio sin nada que explorar


7 de marzo de 1999. El Gobernador de Texas George W. Bush presenta en Austin el comité de diez miembros que le ayudará a decidir si concurre o no a las elecciones presidenciales de 2000. El comité, que incluye a tres mujeres, dos afroamericanos y un hispano, es una pequeña representación del conjunto del Partido Republicano. Todo, hasta el más pequeño detalle, está calculado.


Integran el comité el Gobernador de Michigan
John Engler (el favorito para ser su compañero de fórmula); el Senador por Georgia Paul Coverdell; el ex Secretario de Estado George Shultz; el ex presidente del Comité Nacional Republicano, Haley Barbour; Condoleezza Rice, rectora de la Universidad de Stanford; y los Congresistas J.C. Watts (Oklahoma), Jennifer Dunn (Washington), Henry Bonilla (Texas), Ann Northup (Kentucky) y Roy Blunt (Missouri).


Es un comité exploratorio que no tiene
nada que explorar. Es simplemente la realización de un acto simbólico, una exhibición de fuerza y superioridad para desanimar a otros presidenciables de su partido. Simultáneamente, su oficina de prensa da a conocer que 80 miembros republicanos de la Cámara de Representantes de EEUU ya han oficializado su apoyo a la posible candidatura del gobernador de Texas. Y se espera que reciba el respaldo de más de la mitad del grupo republicano del Congreso en cuanto confirme que se presenta.


Haley Barbour destaca que ningún candidato, ni siquiera Richard Nixon en 1960 y 1968, había reunido tal cantidad de apoyos influyentes en la fase exploratoria de una candidatura presidencial. "Creo que no recuerdo un interés tan generalizado en una candidatura que todavía ni siquiera ha sido decidida o anunciada", comenta Barbour a la prensa.


"Después del curso legislativo, Laura y yo pretendemos empezar a viajar para encontrarnos con la gente, para escuchar a la gente y para explorar nuestras posibilidades en una campaña presidencial", dice Bush en su declaración. Con lo de "explorar nuestras posibilidades" no se refiere, obviamente, a las posibilidades de montar una campaña viable, que sabe que son muchas; se refiere a evaluar el impacto de la campaña en su mujer y sus hijas. "Muchos sabéis que tengo dudas y preocupaciones sobre lo que una campaña significaría para mi familia. Laura, las niñas y yo hemos hablado mucho de esto. Y ellas han llegado a la conclusión de que si me presento, podrían votar por mí".


Sus potenciales rivales ya están haciendo apariciones en Iowa y New Hampshire. Elizabeth Dole, ex presidenta de la Cruz Roja Americana y mujer del último nominado presidencial republicano, anunció la creación de su comité exploratorio en Iowa. Lamar Alexander, ex gobernador de Tennessee y candidato en 1996, entrará en la carrera en los próximos días. Bush descarta totalmente viajar a Iowa y New Hampshire antes de que la Legislatura de Texas finalice el curso a finales de mayo. "Sé que andaré tarde, pero si sigo adelante con una campaña, trabajaré duro para superar mi entrada tardía", dice.


Bush planea centrar su futura campaña en una bajada de impuestos y una reforma educativa. El hijo del Presidente que acuñó el concepto de "Nuevo Orden Mundial" durante la Guerra del Golfo, apunta a un ángulo algo más nacionalista en política exterior. "La primera pregunta que voy a hacerme en política exterior es: ¿es bueno para América y para los trabajadores americanos?", dice.


El gobernador quiere distanciarse del legado político de su padre y que le juzguen por su trayectoria en Texas. "Soy un poco diferente. Yo fui a la escuela Sam Houston en Midland, Texas. Él fue a la escuela en Greenwich, en Connecticut", dice. "Yo heredé la mitad de sus amigos y todos sus enemigos. Estoy intentando ganarme a la otra mitad de sus amigos y quitarme a algunos de sus enemigos".


"Si decido presentarme, América sabrá que es George W. Bush quien va a ser Presidente", asegura. "Él no es el candidato. Lo soy yo".

"Ningún comentario hasta que consigamos la nominación"

Durante la campaña por la nominación demócrata de 1972, los reporteros quieren saber si el ex Vicepresidente y Senador Hubert Humphrey contempla unir fuerzas con el Gobernador George Wallace para parar al favorito George McGovern en la convención demócrata de Miami. ¿Un ticket Humphrey/Wallace como alternativa a McGovern?


"El Vicepresidente tendrá que ser elegido por la convención. Si yo fuese el nominado a Presidente en la convención, tendría que aceptar a quien nominen para Vicepresidente. Pero creo que es muy poco realista"
, dice Humphrey. "No creo que haya ninguna posibilidad de eso. Simplemente espero que podamos evitar que nuestro partido se divida. Eso es todo. El señor Wallace ha recibido millones de votos y no deberíamos deshacernos de ellos, pero no creo que haya ningún ticket Humphrey/Wallace en la proposición".


Un reportero le recuerda que si bien algunas veces es la convención la que hace la selección, otras veces es el nominado el que propone a su número dos. "Usted parece que opera de las dos maneras".


"No tengo intención de hacer ningún comentario hasta que consigamos la nominación, si consigo la nominación", responde Humphrey, quien ya fue el nominado demócrata en 1968. "Entonces les diré a quién apoyaríamos para Vicepresidente. Pueden sacar sus propias conclusiones. Soy realista, por lo visto, para dar por sentado que vaya a haber un ticket Humphrey/Wallace".


domingo, 17 de septiembre de 2017

Candidato tiroteado

Las balas disparadas por un camionero con ganas de hacerse famoso alcanzan a George Wallace en el pecho y el estómago a las cuatro de la tarde del 15 de mayo de 1972 mientras hace campaña en Laurel, Maryland. El gobernador de Alabama, candidato a la nominación presidencial demócrata, sufre daños graves en la médula espinal y los médicos le otorgan escasas posibilidades de volver a caminar.


Tendrá que permanecer unos meses en el hospital, lo que en la práctica supone el final irrevocable de su campaña. Pero el brioso demócrata sureño les recordará a sus allegados que su héroe de juventud, Franklin Delano Roosevelt, hizo campaña con las piernas paralizadas. Paralizado en la cama del hospital, Wallace preguntará a sus asesores: "¿Qué tenéis programado para mí hoy?".


La trayectoria política de Wallace sigue marcada por las palabras que pronunció en su discurso inaugural como gobernador en 1963: "¡Segregación ahora! ¡Segregación mañana! ¡Segregación siempre!". No obstante, con un mensaje algo más moderado con el paso de los años y poniendo el foco en el busing y el nacionalismo económico, estaba logrando buenos resultados en las internas demócratas de este año.


Si se cumplen sus
previsiones de victoria en las primarias de Michigan y Maryland, Wallace podría llegar a la convención demócrata de julio con unos 400 delegados. Lo que haría con ellos no está claro.



Walter Cronkite informa del atentado en las noticias de la CBS el 15 de mayo de 1972



A la mañana siguiente, Frank McGee recapitula en el matinal Today de NBC. Barbara Walters comenta la situación de la campaña demócrata con el encuestador Oliver Quayle


Una típica chica republicana de Park Ridge

12 de marzo de 1992. Los Clinton hacen campaña en Park Ridge, Illinois cinco días antes de la primaria demócrata del estado. Para Hillary Clinton, la esposa del candidato, supone un regreso a casa y un reencuentro con su pasado, ya que vivió hasta los 18 años en ese suburbio blanco al norte de Chicago.


Uno de los actos electorales de la pareja tiene lugar en el Maine South High School, el instituto en el que la aspirante a Primera Dama cursó sus estudios de secundaria. Os suena porque el hermano mayor de Kevin en Solo en casa (1990) vestía una chamarra del Maine South High School. No hay que confundirlo con el mítico Maine North High School ('Shermer High School') donde se rodó la película El club de los cinco (1985) de John Hughes (película completa, aquí), aunque están estrechamente relacionados. El Maine North es un centro de refuerzo del Maine South y está a unos minutos al otro lado del río Des Plaines; acoge a los estudiantes del Maine South que tienen problemas crónicos de disciplina o que son considerados rebeldes y antisociales. Ese nunca fue el caso de Hillary (¿nuestra Molly Ringwald?), que es recordada como una buena alumna que a sus dieciséis años soñaba con ser astronauta.


Rodeada de viejos conocidos de su adolescencia en un salón del instituto y frente a un letrero hecho a mano que le da la bienvenida a casa,
Hillary confiesa su pasado republicano, ese del que la prensa no para de hablar citando a algunos de sus antiguos compañeros de clase.


"Sé que debería responder a la pregunta que tenéis en mente, y es, '¿Cómo una agradable chica republicana de Park Ridge se fue al traste?'"
, bromea la mujer de Bill Clinton. "Esta es una de las grandes preguntas sin respuesta que tenemos que abordar. Y tengo que deciros que empezó justo aquí".


"La razón", explica Hillary, "fue que en 1964, durante las elecciones presidenciales de aquel año, yo tenía los mejores profesores de lo que entonces solíamos llamar Educación Cívica y Democracia o Gobierno y Democracia -cada uno era un curso semestral- y ellos decidieron que haríamos unas elecciones simuladas y que íbamos a tener debates y todo el abanico de actividades que rodean a unas elecciones simuladas. En aquella época -como les ha dicho Ken Reese a todos los reporteros de América que le han llamado para preguntarle y entiendo que dirige una oficina de información unipersonal sobre mí- yo era una 'Chica Goldwater'. De verdad. Solíamos llevar puestos pequeños estandartes que decían 'Chica Goldwater'. Así que mis profesores de estudios sociales contemplaron esta gran idea porque yo era una republicana vehemente partidaria del Senador Goldwater y una de mis mejores amigas, una mujer llamada Ellen Press, era una de las pocas demócratas partidarias de Lyndon Johnson en toda la escuela.


"Nuestros profesores de estudios sociales dijeron, 'Vamos a tener un debate pero esto es lo que vamos a hacer: Hillary, tú vas a ser Lyndon Johnson; Ellen, tú vas a ser Barry Goldwater'. Las dos nos pusimos furiosas. Yo dije, 'No puedo hacer eso'. Ellos me dijeron, 'Oh, sí que lo harás, y ahora te irás a la biblioteca y leerás sobre la otra cara, todo lo que has rechazado mirar durante toda tu vida'. E hicieron que Ellen hiciera exactamente lo mismo. Nosotras, apretando los dientes, nos involucramos en un debate simulado. Fue el comienzo de lo que la educación debería hacer. La gente llega de diferentes maneras, pero al menos nos obligaron a examinar a fondo lo que creíamos y leer opiniones que no eran las que ya teníamos formadas.


"Así que cuando abandoné el instituto 'Maine South', me fui a 'Wellesley' siendo todavía una republicana pero con una actitud diferente y diferentes preguntas sobre lo que creía. Después, gradualmente, conforme avanzaba el tiempo en la universidad y la escuela de Derecho, desarrollé mis propias creencias políticas que, francamente, en cierta manera tampoco son fácilmente definibles. No son dogmáticamente republicanas o dogmáticamente demócratas, no son fácilmente definibles como liberales o conservadoras porque creo que, gracias a mis padres y mis profesores, siempre me he hecho esas preguntas difíciles: ¿por qué crees en esto? ¿Cuál es su sentido? ¿Qué base tiene?. Y esa es la actitud que todavía hoy tomo en nuestra actividad política"
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