Los mejores momentos de la convención demócrata de 1952 en Chicago. Compiten por la nominación el Senador Estes Kefauver, de Tennessee; el Gobernador Adlai Stevenson, de Illinois; el Senador Richard Russell, de Georgia; y el ex Secretario de Comercio Averell Harriman. El claro ganador de las primarias (en el 52 solo hay primarias en catorce estados), Kefauver, no cuenta con los delegados necesarios. Stevenson, quien eludió competir en las primarias y hasta el último momento se muestra reacio a ser candidato, resulta nominado tras tres votaciones.
Los mejores momentos de la convención republicana de 1960 en Chicago. El Vicepresidente Richard Nixon no tiene rivales por la nominación después de acordar con el Gobernador Nelson Rockefeller incluir en el programa un mayor énfasis en los derechos civiles y la Defensa a cambio de que Rockefeller pida a la delegación de Nueva York el voto unánime para Nixon. Barry Goldwater pronuncia un discurso muy destacado. El senador por Arizona rechaza la petición de las delegaciones de Arizona, Carolina del Sur y Louisiana para que desafíe a Nixon, pero hace un llamamiento a los conservadores para que reconquisten el partido. Será el arranque extraoficial de su campaña para la nominación republicana de 1964.
El tercer día de la convención republicana de 1968 en Miami. El Gobernador de California Ronald Reagan, por los conservadores, y el Gobernador de Nueva York Nelson Rockefeller, por los liberales, apuran sus maniobras para detener al nominado inevitable, Richard Nixon. Su objetivo, cada vez menos probable, ya casi imposible, es impedir el nombramiento del ex Vicepresidente en la primera votación y ganar tiempo para reorganizarse.
Los mejores momentos de la convención demócrata de 1976 en Nueva York. El ex Gobernador de Georgia Jimmy Carter tiene una convención plácida después de que sus dos últimos rivales, el Congresista por Arizona Mo Udall y el Gobernador de California Jerry Brown, renuncien a competir por la nominación. El outsider Carter contenta a la dirigencia y al ala progresista clásica del partido escogiendo al Senador por Minnesota Walter Mondale, un protegido de Hubert Humphrey, como número dos del ticket.
Biden se queda solo. Era absurdo todo. Pronóstico reservado. No me atrevo a decir nada, ahora mismo el que pronostique nada se equivocará. Nadie sabe, sobre todo en el mundo occidental, la repercusión del puñetero virus de las narices. Pero ha mostrado una sociedad muy frágil económica y psicológicamente. Podemos empeñarnos en ver lo que pasa, en si el discurso de adolescente consentido de Trump tiene vigencia o no. Pero es que ahora mismo todo lo que hemos visto desde los 80 pierde toda la vigencia que quedaba. Más que nunca pronóstico reservado. Solo espero que la humanidad perviva y no volvamos a tentaciones como la de los años 30. En aquellos años no se tenían armas nucleares y ahora sí....
ResponderEliminarHola, Paco.
ResponderEliminarBernie puede decir no mandé mis naves a luchar contra los elementos. Con un nominado al que quieren tener escondido y exponer lo menos posible, ahora el plan de los demócratas, con la ayuda de los medios y la excusa del virus, es limitar la actividad de campaña y reclamar extender el voto por correo total (el sistema que sirve para hacer fraude en Colorado desde hace años) a todo el país.
Seguramente la economía americana, gracias a su flexibilidad, se pondrá en marcha y creará empleo a toda velocidad en cuanto se logre contener la epidemía. Lo que no sabemos es cuándo será eso, cuánto durará esta situación, si unas semanas, unos meses, o si se cronificará todo el año. Lo que estamos pudiendo comprobar es que la creciente interdependencia global y la unión de mercados sociales y culturales nos condena a la extinción o como mínimo al declive y a la concentración de una autoridad sin limitaciones, como en las películas distópicas con las que crecimos. En cuanto lo que se propague tenga un sesenta por ciento de letalidad, se acabó el mundo conocido. Probablemente este siglo, y probablemente provocado.
Mientras tanto, como nada podemos ni se nos permite hacer, especialmente si estamos desarmados, podemos aprovechar estos días para releer Apocalípsis de Stephen King o Un mundo vacío de John Christoper. Y en Semana Santa, Moby Dick.
Hola, Antxon... Espero que todo vaya bien. Dadas tus referencias no me puedo resistir a citar algunas películas apocalípticas de los 60. Son tres y con el mismo protagonista, el odiado, por los liberales, Charlton Heston. La primera, Cuando el destino nos alcance, en inglés Soylent Green. Mi secuencia favorita, y hay muchas, es cuando Heston llega a la casa del jefazo de Soylent que ha sido asesinado y encuentra a una joven (que está tremenda, físicamente hablando). La mira de arriba a abajo y le pregunta: ¿Mobiliario? y ella asiente. Seguro que a las feministas les encanta, je, je. La segunda, El último hombre vivo, The Omega Man en inglés, versión de la novela Soy leyenda que luego haría Will Smith. Mi escena favorita, Heston jugando al ajedrez contra un busto de César, creo recordar....tiempos de confinamiento y soledad. Y, la tercera, claro, El planeta de los simios, la de Heston, es decir, la buena. La secuencia favorita la de la muñeca que llora. Hay otras muchas películas que me dejo.... Panico en las Calles, La amenaza de Andromeda, Satan bug, La invasion de los ladrones de cuerpos.....
ResponderEliminarBueno, un abrazo, Antxon
Rockford
Hola, Rockford.
ResponderEliminar¿Y qué me dices de 'La invasión de los zombies atómicos' de Umberto Lenzi? Rodada en Chamartín haciéndose pasar por peli americana y con Paco Rabal y Manolo Zarzo haciendo de militares americanos, el mayor Holmes y el coronel Donahue. Sin desperdicio.
'Omega man' fue uno de los primeros terrores de mi vida una tarde que la pasaron en la tele. Aquel vacío Los Angeles y aquellos hombres con hábitos de monje y los ojos en blanco cubiertos por gafas oscuras que solo salían de noche. Yo estaba más acostumbrado a los monstruos clásicos y aquello me desconcertó. También hay una versión anterior con Vincent Price. 'Soylent Green' es de mis preferidas dentro de ese subgénero, con mayor vigencia que cuando se hizo, con su eutanasia para los viejos y la castración de los pobres. Añado a la lista '1997: Rescate en Nueva York' de John Carpenter, 'La hora incógnita' de Mariano Ozores y la trilogía original de zombies de George A. Romero.
De todos modos, estos días estoy tirando más por evadirme con la fantasía heróica: 'Excalibur', 'El dragón del lago de fuego', 'El señor de los anillos', por supuesto 'Conan, el bárbaro', etc.
En cuanto a lectura sí que releí Apocalipsis en los primeros días de la pandemia, en la versión extendida de 1990, que ofrece además un buen viaje al Oeste.
Un abrazo!
Los virus forman parte de la evolución de las especies. Siempre ha habido pandemias. Y los humanos nos hemos enfrentados a muchas de ellas. El problema es la fragilidad de un sistema económico-financiero que tiene una mandíbula de cristal. En general la gente apenas tiene para un imprevisto de 400 dólares por lo que sea, ni que un freelance expulsado del mercado de trabajo por cuenta ajena tenga que cerrar su actividad dos meses. Lo es también de una sociedad occidental no acostumbrada a las pandemias (al contrario que la asiática). Y el problema va a ser la falta de adaptación al entorno, que es lo que hace que una especie sobreviva. Y la sociedad occidental NO está acostumbrada, no está adaptada al medio. Y eso es lo que lo define. Una pandemia letal para la humanidad no lo creo. Los virus si son muy letales desaparecen porque matan antes a su huésped. Pero este virus es destructor de economías y de sociedades, destruyen las cuentas públicas, diezman a las empresas, diezman a la población de cierta edad o con ciertas patologías. Y si somos occidentales no tenemos ninguna adaptación al medio, los asiáticos sí. Si no te adaptas desapareces. Y la descomposición de nuestras sociedades, antaño preponderantes a nivel cultural, parece algo muy probable. Recordemos que China e India superan en población a Europa y Estados Unidos. No son modelos de nada en ambos casos con la explotación laboral cuasi esclavista y cifras macroeconómicas que solo son buenas sobre el papel, no sobre el terreno. Entre la falta de humildad de los occidentales y nuestra falta de adaptación a este terreno minado, mucho me temo que pueden resurgir pensamientos y actitudes que nos llevaron a tiempos muy oscuros.
ResponderEliminarEste virus no es excesivamente letal, pero es la cosa más contagiosa que ha parido madre y es en la cantidad lo que le hace letal en su minoría de enfermos graves. Y nos está poniendo a prueba sanitaria, económica y socialmente. Los virus letales estilo Ébola o SARS-2 no prosperan demasiado precisamente por cargarse a su huésped. Pero este es un perfecto HDGP para una sociedad occidental que lleva cien años sin ver nada parecido pero que se expande a velocidad brutal. Sobreviviremos si no se nos va la olla y no se hace uso del maletín nuclear. Ese es mi miedo, la descomposición social, no la biológica. No hay término medio, si superamos esto, habremos logrado una madurez y una adaptación al medio que nos faltaba. Si no, pésimo asunto.
Para mí lo que agrava la amenaza es que hay quien siempre estará dispuesto a matarnos para aplicar sus proyectos de ingeniería social. Una pandemia podría ser un acelerante más de la descomposición social, o como se le quiera llamar, para que luego reclamemos lo que no aceptaríamos de buen grado en condiciones normales. Es el Innombrable que nos empuja a hacinarnos en las grandes ciudades, ataca los fundamentos capitales que han hecho posible la perduración de nuestra civilización, y nos desautoriza si nos planteamos prepararnos para imprevistos mayores. El mismo que nos inculca los fundamentos y actitudes que nos llevan a tiempos oscuros en los que empiece a cuestionarse si la persona debe seguir siendo el sujeto esencial del catálogo constitucional de derechos. Y me temo que muchos anónimos trabajan estos días para él sin saberlo desde sus balcones.
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