17 septiembre de 1978. El Presidente de EEUU Jimmy Carter, el Presidente egipcio Anwar el-Sadat y el Primer Ministro israelí Menahem Begin retornan a la Casa Blanca tras varios días de negociación en Camp David para anunciar que se ha alcanzado un acuerdo de paz entre Israel y Egipto. En virtud del mismo, Israel acepta abandonar la península del Sinaí, y al mismo tiempo se acuerda establecer un régimen de autonomía transitoria para los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania.
Carter tomó las riendas de las conversaciones y decidió convocar a Sadat y Begin a Camp David el 5 de septiembre para resolver el bloqueo de las negociaciones de la comisión egipcio-israelí establecida en 1977. El acuerdo llega tras trece días de encierro en la residencia de descanso presidencial, gracias a que Carter no dejó que ninguno de sus invitados abandonara el lugar hasta alcanzar un entendimiento.
La noche del domingo 17, para indignación de muchos televidentes estadounidenses, el anuncio del acuerdo interrumpe durante media hora el esperado estreno en televisión del King Kong de Dino De Laurentiis. Los servicios informativos de la NBC se cuelan bruscamente en la pantalla en plena emisión de la película. "Interrumpimos este programa para ofrecerles un informativo especial de NBC News"...
La paz de Camp David es la culminación de los esfuerzos de Sadat en favor de la pacificación de Oriente Próximo y del fortalecimiento de las relaciones de Egipto con EEUU. La decisión previa de Sadat de reabrir el canal de Suez, denunciar el tratado egipcio-soviético de amistad y cooperación de 1971 y cancelar las facilidades portuarias de la flota soviética ya había mejorado las relaciones con Washington.
El presidente egipcio organizará un referéndum mediante el cual el pueblo egipcio ratificará el tratado con Israel, pero el acuerdo provocará la repulsa de los estados árabes que decretarán el boicot económico y político a Egipto.
30 de octubre-3 de noviembre de 1991. Se celebra en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid, España (España nunca ha sido tan feliz como en los años 90) una conferencia de paz, auspiciada por EEUU y la URSS, que reúne por primera vez alrededor de una mesa de negociaciones a los representantes de Israel, de los palestinos y de los países árabes de la zona (Siria, Líbano y Jordania). El Presidente George H.W. Bush y su homólogo soviético, Mijaíl Gorbachov, son los encargados de inaugurar la negociación.
"Venimos a Madrid en una misión de esperanza, para empezar a trabajar en una solución justa, duradera y amplia al conflicto", dice el Presidente Bush. "Venimos a Madrid siendo realistas. No esperamos que la paz sea negociada en un día, ni en una semana, ni en un mes, ni en un año. Llevará tiempo".
La conferencia es posible gracias a que la intifada, el primer movimiento autónomo de la resistencia interior de los árabes de Palestina, que estalló en 1987 en Gaza y Cisjordania ha perdido gran parte de su impulso tras la derrota iraquí en la Guerra del Golfo.
La cita en Madrid sirve para abrir un proceso de conversaciones bilaterales (paz por territorios) y otra conversación multilateral (sobre cuestiones comunes de la región, como el control de armas, el agua o el desarrollo económico).
La exhaustiva cobertura que hacen Telemadrid y TVE-2 de la conferencia:
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13 de septiembre de 1993. El proceso abierto en la conferencia de Madrid da como resultado la firma de la declaración de principios de los Acuerdos de Oslo (negociados en Oslo) entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Con el Presidente de EEUU Bill Clinton, el Primer Ministro israelí Isaac Rabin y el líder palestino Yasir Arafat presidiendo la ceremonia, Simón Peres, en representación de Israel, y Abu Mazen, en representación de la OLP, firman en el Jardín Sur de la Casa Blanca el acuerdo por el que Israel acepta reconocer a la OLP como legítimo representante de un pueblo palestino y la OLP (a partir de ahora Autoridad Nacional Palestina) acepta el derecho de Israel a existir y a garantizar su existencia en paz y seguridad. El Secretario de Estado norteamericano Warren Christopher y el Ministro de Exteriores ruso Andrel Kozyrev firman en nombre de las potencias auspiciadoras del acuerdo.
El Presidente Clinton, que lleva siete meses en el cargo, explota todo lo que puede "un regalo dejado en los cajones del Despacho Oval por el equipo de George Bush y James Baker", dice la crónica de El País.
28 de septiembre de 1995. Clinton prosigue la implicación de EEUU en el proceso de paz y consigue que Rabin y Arafat firmen un complicado texto de cuatrocientas páginas que extiende el control de la Autoridad Nacional Palestina al 30 por ciento de Cisjordania ocupado por Israel en la guerra de 1967.
La ceremonia, celebrada en la Sala Este de la Casa Blanca, comienza con veinte minutos de retraso porque hasta el último momento sigue habiendo diferencias sobre la retirada de las tropas israelíes de Hebrón. El Rey Hussein de Jordania y el Presidente egipcio Hosni Mubarak hacen de testigos. La ausencia de otros actores principales de la región, como Siria, evidencia la fragilidad del acuerdo alcanzado. Felipe González, presidente del gobierno español, interviene en calidad de presidente semestral de la Unión Europea evocando unos versos de Blas de Otero.
Clinton habla de "un nuevo capítulo" en el proceso de paz por el cuál "el ruido de las armas quedará extinguido de Tierra Santa". Rabin, que se enfrenta a una fuerte oposición interna israelí a su estrategia y será asesinado en menos de dos meses, pide a la autoridad palestina que se le una "contra los ángeles del mal de la muerte y el terrorismo". Arafat describe el acuerdo como "la paz de los valientes".
El asesinato de Rabin, la derrota de su sucesor, Peres, en las elecciones de 1996, los continuos ataques suicidas palestinos y los contraataques militares israelíes llevarán al estancamiento del proceso.
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