lunes, 4 de diciembre de 2017

La dura hora de la retirada

18 de febrero de 1988. Bruce Babbitt abandona la carrera presidencial demócrata tras haber quedado en cuarto lugar en Iowa y en sexto lugar en New Hampshire. El ex gobernador de Arizona, de 49 años, un outsider que entró en la contienda dispuesto a desafiar la ortodoxia de su partido, deja una lección aplicable a cualquier campaña similar.

"Se trataba de solictar a un montón de votantes: 'Consideren un nuevo mensajero y un mensaje retador y difícil'", explica Babbitt en su despedida. "Hay poco tiempo, tiempo de aceptación, en la política americana".

Babbitt cree que a pesar de la derrota, su cruzada ha contribuido a cambiar un poco las cosas, y no descarta volver a intentarlo en el futuro.

"Lo fascinante de la democracia americana es que tendemos, históricamente, a posponer la aceptación del cambio", dice. "Lo que he estado intentando hacer en los últimos cinco o seis meses es conducir a los otros candidatos hacia el abrevadero".




11 de marzo de 1988. Acompañado de su mujer y sus hijos, Gary Hart anuncia su segunda retirada en una conferencia de prensa en Denver, Colorado. El ex senador, de 51 años, que una vez fue el político más cool del país y el favorito en la carrera demócrata, ya se retiró hace un año acusado de adulterio, pero volvió a la competición poco antes del inicio de las votaciones.

Quedó en última posición en New Hampshire, donde había ganado cuatro años antes, y su mejor resultado lo obtuvo en Dakota del Sur, y no fue precisamente bueno: recibió el 6 por ciento de los votos.

"La gente es la fuerza de este país", dice Hart en su última comparecencia. "Dije que quería que ellos decidieran sobre mi candidatura. He tenido una audición justa. Y la gente ha decidido. Ahora, claramente no debería seguir adelante".



7 de abril de 1988. El Senador por Illinois Paul Simon suspende su campaña por la nominación presidencial demócrata. Bajito, gafotas y siempre con una pajarita, este antiguo peopietario de un periódico de pueblo, de 59 años, ha defendido sin complejos el legado del New Deal y ha criticado a otros candidatos demócratas por querer parecerse a los republicanos para llegar a la Casa Blanca.

Simon ganó la primaria de Illinois con el 43 por ciento y quedó en segundo lugar en Iowa y Minnesota. Se va con un millón de votos y 161 delegados.

"Hoy suspendo mi campaña por la Presidencia", dice Simon. Utiliza el verbo "suspender" y no "abandonar" o "terminar" porque quiere retrasar la decisión definitiva hasta el 7 de junio, el día que se celebrarán las últimas primarias.

"Quiero que mis delegados tengan voz en el futuro de esta nación. Entonces valoraremos nuestras opciones", dice Simon. Pero Jesse Jackson y Michael Dukakis, los dos candidatos que encabezan la carrera demócrata, ya están peleando por sus delegados.

"Presentarse a Presidente probablemente parecía una buena idea en su momento. Pero es improbable que Paul Simon, en el peor de los casos, visualizase la desagradable grieta política en la que se encuentra atrapado" entre Jackson y Dukakis, resume la situación el Chicago Tribune.

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