5 de enero de 2000.Al Gore y Bill Bradley, candidatos a la nominación presidencial demócrata, se ven las caras por quinta vez -por primera vez desde que se inauguró el año 2000- en un debate en la Universidad de New Hampshire. Durante una hora, el Vicepresidente de EEUU y el ex senador por New Jersey discuten sobre liderazgo y experiencia, la situación de los gays en el ejército y la reforma de la financiación de las campañas electorales.
El cara a cara llega cuando la campaña de Gore le está ofreciendo un trato a Bradley: que ambos dejen de emitir anuncios de televisión y hagan dos debates a la semana. "Nosotros hemos aceptado más de 40 invitaciones", dice Chris Lehane, protavoz del equipo de Gore. "Si quieres celebrar un debate en tu casa, nosotros estaremos allí".
Es una estratagema para intentar robarle a Bradley algo del impulso que está ganando en las últimas semanas con su popular propuesta para reformar la financiación electoral.
"Creo que deberíamos eliminar los dólares que van a anuncios de televisión y debatir dos veces a la semana", desafía Gore a Bradley durante el debate. El Vicepresidente dice que estaría dispuesto a retirar todos sus anuncios de las cadenas de televisión de New Hampshire, donde Bradley encabeza las encuestas demócratas.
"Las encuestas en New Hampshire muestran que vas por delante", le dice Gore a su oponente. "Yo le pido a la gente de New Hampshire que me dé una victoria inesperada viniendo desde atrás".
Bradley se mofa de la propuesta de su rival, que cuenta con el apoyo de todo el establishment demócrata en las elecciones. Aunque quiere una regulación profunda del dinero de las campañas electorales, Bradley dice que los anuncios de televisión son esenciales para su éxito en las primarias porque no es tan conocido por los votantes como lo es el Vicepresidente.
"Si quieres entrar en las salas de estar de los votantes, tienes que entrar en sus salas de estar", argumenta Bradley. "Su discurso de candidato desamparado que viene desde atrás me hace llorar", dice Bradley.
"Espero que mi victoria viniendo desde atrás le haga llorar", le responde Gore.
Concluido el debate, el moderador Peter Jennings, de la cadena ABC, declara a The New York Times que los codazos entre los dos candidatos y sus equipos empezaron antes del debate, cuando se pelearon por los ángulos de cámara, el tamaño de los cubículos de almacenamiento o el número de asesores que podían estar con cada candidato entre bastidores.
"Fue bastante tenso", dice Jennings. "Yo estaba deseando contarle al público las muchas cosas que estaban pasando entre bastidores. Gore tiene el camerino A; Bradley quiere el camerino A. Todo tiene que ser idéntico".
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