16 de octubre de 1976. Mientras el demócrata Jimmy Carter habla de impuestos en Ohio, el republicano Gerald Ford recorre varias localidades del centro de Illinois a bordo de un tren bautizado como "El Honesto Abe" en honor a Abraham Lincoln, el primer republicano y el primer illinoisano que alcanzó la Presidencia.
El Presidente y la Primera Dama de los Estados Unidos viajan acompañados del Senador Charles Percy y de James Thompson, candidato a gobernador de Illinois.
"Betty y yo estamos aquí, en el gran estado de Illinois, porque queremos vuestra ayuda, necesitamos vuestros votos. Con vuestra ayuda vamos a llevarnos Illinois el 2 de noviembre y esperamos y confiamos poder hacerlo con éxito y ganar esas elecciones por el bien de América", repite el Presidente en todas las paradas del recorrido.
Unos seis puntos por detrás en los sondeos (hace un mes eran dieciocho), Ford está atacando sin cuartel a Carter, aprovechando que el ex gobernador de Georgia continúa siendo para la mayoría de los votantes una figura que encierra muchos enigmas.
"No puedo evitar mencionar que Abe Lincoln hizo una declaración muy famosa en el estado de Illinois hace unos años, cuando dijo que una casa dividida no podía resistir. Jimmy Carter quiere dividir a América; el Presidente Ford quiere curar a América", dice Ford desde la parte trasera del tren en Pontiac.
"No puedo evitar señalar que Jimmy Carter dirá cualquier cosa en cualquier lugar para ser Presidente de los Estados Unidos", dice el candidato a la reelección. "Cuando está en California suena como César Chávez. Cuando está en Chicago suena como el Alcalde Daley. Cuando está en Nueva York suena como Bella Abzug. Cuando está en Washington, DC suena como George Meany. Y cuando viene a Illinois suena simplemente como un humilde cacahuetero. Vacila, deambula, serpentea y da rodeos, y no debería ser Presidente de los Estados Unidos".
The Daily Leader, el principal periódico de Pontiac, cuenta que no todos lo tienen fácil para ver al Presidente debido a las fuertes medidas de seguridad:"Rick Reno, de Pontiac, volvía a Bloomington desde Chicago. Iba detrás del tren, así que decidió parar a verlo en Pontiac. Un amigo lo dejó en la Calle Washington. Con una bolsa de papel que contenía unos pantalones vaqueros, jabón y otros productos, Reno empezó a correr hacia el tren. Un hombre de seguridad de la Casa Blanca y un agente de la policía local le dieron el alto".
Los que sí tienen ocasión de presenciar el mitin destacan que les sorprende la beligerancia de Ford hacia su adversario demócrata. Es el caso de una mujer que, mientras espera al autobús para volver a Chicago, decide matar el tiempo asistiendo al acto electoral de Ford y se sitúa sin problemas a 12 metros del Presidente de los Estados Unidos.
"No me imaginaba que llegaría a verlo", declara la mujer a The Daily Leader. "El Presidente estaba atacando en serio a Carter. No pensaba que tuvieran permitido hablar así", dice sorprendida la mujer.
A lo largo de la gira, Ford comete un par de equivocaciones de esas a las que tan acostumbrados nos tiene. En Lincoln, un pueblo del condado de Logan, exclama: "¡Es genial estar en Pontiac!". También dice "Es genial estar en Joliet, Indiana" cuando está en Joliet, Illinois.
No hay comentarios:
Publicar un comentario