30 de octubre de 1976. Faltan tres días para las elecciones presidenciales y el Presidente Gerald Ford asiste a un partido de fútbol americano de instituto al final de un intenso sábado de campaña en Texas, ese territorio gigante de más de mil kilómetros de norte a sur y otros tantos de este a oeste, con 45 canales locales de televisión y 350 emisoras de radio que puede tener la llave del Despacho Oval.
"La actividad en Texas gira en torno a los partidos de fútbol de los institutos, así que puede que el candidato Ford haya pensado en una jugada electoral al viajar a Baytown, en las afueras de Houston para ver jugar a dos equipos de instituto. No conocía a los equipos y no se quedó hasta el final, pero se sentó a ver tres cuartos, lo suficiente para ser visto y ver al equipo local tomar una gran ventaja", informa Tom Jarriel, reportero de ABC News.
Ford inició el día haciendo campaña con el ex Gobernador John Connally. El político más conocido e influyente del estado de la estrella solitaria, que se pasó de los demócratas a los republicanos hace tres años, quiere ser secretario de Estado a partir de 1977 si Ford gana las elecciones.
Según Jarriel, Connally habría comunicado a la Casa Blanca "que la campaña de Ford podría estar en serios apuros en el estado por los problemas monetarios de México. El valor del peso ha caído rápidamente y los minoristas americanos a lo largo de la frontera se están viendo perjudicados y están enfadados con la administración".
"En un mitin en un centro comercial, Connally calentó a una multitud que ya estaba entusiasmada", relata Jarriel en su crónica.
"Cuando hablamos de energía, un tema tan cercano y querido para Texas y tan vital para la economía de este país, el Gobernador Carter quiere desmembrar las compañías petroleras; quiere seguir manteniendo el control federal sobre el petróleo y el gas", dijo Connally ante unas 3,000 personas. "Y el Presidente Ford cree que no deberíamos desmembrar las compañías petroleras porque tienen un trabajo que hacer por el interés de este país".
"En el Presidente Ford tenemos a un líder", añadió Connally. "Sabemos cómo actuará. Sabemos cómo reaccionará. De su oponente no lo sabemos; no sabemos realmente qué haría o cómo actuaría o cómo reaccionaría".
El Presidente tomó la palabra: "Si creéis en los principios que han hecho tan grande a América, que es la envidia de adversarios y aliados en todo el mundo, votaréis a Jerry Ford y Bob Dole", dijo a los texanos.
Para terminar, Ford hizo "una doble solicitud" a los votantes: "Os pido que el martes 2 de noviembre no solo me apoyéis con vuestras oraciones sino que me apoyéis con vuestras papeletas".
El Presidente ha escalado en las encuestas en las últimas semanas y espera 'hacer un Truman' (terminar ganando después de ir siempre por detrás en los sondeos, como el Presidente Harry Truman en 1948).
Con Carter ganando casi seguro Nueva York (41 votos electorales) y Pennsylvania (27 votos electorales) además de casi todo el Sur, y Ford ganando posiblemente California (45 votos electorales), Illinois (26 votos electorales) y Michigan (21 votos electorales) además de todos los estados poco poblados del Oeste, el que gane Texas (26 votos electorales) y Ohio (25 votos electorales) gana la Casa Blanca.
Los líderes republicanos de Texas creen que el Presidente republicano no ha sabido comunicar bien a los votantes texanos que el ticket demócrata es "demasiado liberal para nosotros". Hay media docena de cuestiones en las que el programa de Carter/Mondale es perjudicial para los intereses de Texas. Por ejemplo, el candidato demócrata quiere recortar el presupuesto militar, lo cual es una amenaza para las bases militares y las fábricas de aviones y sistemas electrónicos del estado. Pero el ex gobernador de Georgia mantiene una ventaja de unos cuatro puntos en Texas por la costumbre del estado de votar históricamente a los demócratas.
No obstante, el republicano tiene opciones reales de victoria porque desde 1952, los demócratas han ganado Texas solo cuando Lyndon B. Johnson estaba en el ticket (en 1960 y 1964) o cuando el voto conservador se encontraba dividido por dos candidatos (en 1968, entre el republicano Richard Nixon y el independiente George Wallace).
Un estratega demócrata que trabajó para Connally en el pasado lo admite en declaraciones a The New York Times: "Connally ha estado pasando la mayor parte de su tiempo fuera de Texas. Si lo vemos aquí hablando a favor de Ford en las últimas semanas, sabemos que Ford tiene posibilidades, porque John no pierde su tiempo en perdedores".
No hay comentarios:
Publicar un comentario