6 de agosto de 1984.Ronald Reagan recibe a George Bush en su rancho de las montañas de Santa Ynez, California para tomarse unas fotografías que ilustrarán un reportaje de la revista Time en plena campaña de reelección.
El Presidente y el Vicepresidente caminan sobre la hierba y se sientan a comer en la veranda del rancho observados por los reporteros. A continuación, posan apoyados en una valla de troncos mientras Dirck Halstead, el fotógrafo estrella del semanario de actualidad, apunta y dispara con su influyente cámara.
El californiano Reagan, en casa, viste pantalón vaquero y camisa de cuadros de manga larga para cortar leña y montar a caballo. Bush, más conectiqués que texano en su estilo, luce un pantalón urbano color caqui y un polo azul de manga corta.
El fotógrafo no para de darles indicaciones. "Señor Vicepresidente, inclínese un poco hacia la cerca". "Señor Presidente, muévase un poco a su izquierda". "Miren a cámara con una gran sonrisa". "Ahora mírense el uno al otro".
A Reagan le sale natural, como en una sesión fotográfica más en un plató de la Warner Bros. para promocionar Bedtime for Bonzo o Abismos de pasión ("¡Randy! ¿Dónde está el resto de mí?"). Para Bush es más fatigoso.
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