"La revolución de los americanos de clase media está en marcha", dice Pat Buchanan al comienzo de Today, el programa matinal de la NBC, en una conexión en directo desdeNew Hampshire, donde la noche anterior le ha dado un susto al Presidente George Bush en la primera primaria presidencial.
"Pat Buchanan, con un serio toque de atención para la Casa Blanca hoy miércoles, 19 de febrero de 1992", dice a modo de introducción el presentador Bryant Gumbel antes de que entre la sintonía de John Williams.
"Pat Buchanan tiene razones para sonreír esta mañana, pero también los demócratas", dice Gumbel. "En su lado de la pizarra, el ex Senador por Massachusetts Paul Tsongas, como se esperaba, salió como el claro ganador capturando el 34 por ciento de los votos. No consiguió, sin embargo, la victoria de dos dígitos que esperaban algunos de sus partidarios debido a la sólida posición del Gobernador de Arkansas Bill Clinton. El autoproclamado "muchacho que vuelve" recibió el 26 por ciento dejando lejos a Bob Kerrey, Tom Harkin y Jerry Brown".
"En el lado republicano", explica Gumbel, "George Bush recibió el 58 por ciento de los votos frente al 40 por ciento de Pat Buchanan, permitiendo a la Casa Blanca declarar que una victoria es una victoria sin importar el margen".
Gumbel y su compañera Katie Couric entrevistan a los tres protagonistas principales de New Hampshire.
Buchanan dice que los resultados le dicen a Bush, "lea mis labios, el país necesita un nuevo liderazgo y nuevas ideas". El candidato insurgente que ha decidido desafiar a un Presidente titular en las internas de su partido para influir en su programa cree que su buen resultado se debe a que ha sido capaz de movilizar a "votantes conservadores que están profundamente enfadados por el hecho de que Washington, tanto el Congreso como la Casa Blanca, se haya olvidado de ellos".
Tsongas se hizo con una victoria sólida en su patio trasero, pero las dudas sobre la viabilidad de su campaña a largo plazo dominan el análisis del día después. ¿Tiene el dinero y la organización necesaria para competir con Clinton ahora que la campaña se desplaza a los estados del Sur?
El ex senador reconoce que "nuestra mayor limitación han sido las finanzas". No obstante, sostiene que "en las últimas tres semanas el dinero ha empezado a llegar repentinamente. Creo que la gente siempre estuvo de acuerdo con mi mensaje económico y ahora se han dado cuenta de que Santa Claus no es apropiado en unas elecciones presidenciales. Lo que no tenían hasta hace un mes era la sensación de que mi candidatura fuese electoralmente plausible. Bien, eso ha cambiado y ahora el dinero empieza a llegar".
"Nos falta mucho, pero probablemente este mes recaudaremos más dinero que en todo 1991", pronostica Tsongas.
Para Clinton la gran pregunta es: ¿puede ganar la nominación sin haber ganado la primaria de New Hampshire?
"Totalmente. Se ha hecho antes y creo que se hará esta vez", dice el gobernador de Arkansas desde Manchester. "Esto es algo sin precedentes. Hace ocho días tenía una desventaja de 20 puntos, había sido devastado por un bombardeo de acusaciones totalmente falsas y la gente decía, 'Bueno, no tienes que morirte y desvanecerte solo porque te hayan acusado de estas cosas'. Me negué a hacerlo y pedí al pueblo de New Hampshire que recuperase esta campaña. Si hubiéramos tenido unos días más, si [los votantes] hubieran vuelto al mensaje económico que tenía al principio, creo que lo hubiéramos hecho incluso mejor. Pero el Senador Tsongas estaba en el 30 por ciento en las encuestas cuando yo empecé aquí en septiembre. Él lleva más de veinte años haciendo política a seis kilómetros de New Hampshire y ha hecho lo que pensaba que haría. Hemos hecho un trabajo apreciable juntos, los dos 'outsiders' de Washington hemos recibido el 60 por ciento del voto. Los dos candidatos con los mensajes económicos más serios y detallados".
Clinton se declara deseoso de "llevar mi visión para este país al resto del país y competir con él por la nominación". En otras palabras: ¡te espero en el Sur, Paul Tsongas!
Couric tiene malas noticias para Clinton. Los sondeos revelan que después de los escándalos (dudas sobre su carácter por haber engañado a su mujer y por haber esquivado el servicio militar obligatorio) el arkansano es el demócrata con más votantes en contra (cerca de 3 de cada 10 dicen que no le votarían nunca).
"Nunca he basado mi campaña en la elegibilidad; he basado mi campaña en que tengo el mejor mensaje", se defiende Clinton. "Y hasta que los medios lo bloquearon con falsas acusaciones, la gente de New Hampshire sabía que tenía el mejor mensaje. Y la gente de América lo verá".
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