10 de diciembre de 2006.Barack Obama, 45 años, pisa New Hampshire por primera vez en su vida. Oficialmente, el senador por Illinois asiste como invitado a una celebración por la histórica victoria de los demócratas en New Hampshire en las midterms del pasado mes de noviembre, cuando derrotaron a los dos congresistas republicanos titulares y ganaron las dos cámaras de la Legislatura estatal por primera vez desde 1874. Todos sabemos, sin embargo, que Obama está allí para explorar sus posibilidades en el caso de que decida entrar en la carrera presidencial de 2008.
1,500 demócratas se acercan a escuchar a Obama en la celebración de Manchester y cientos más van a verle en una firma de libros en Portsmouth. 150 medios acreditados, algunos venidos desde Australia y Japón, cubren su primera visita a New Hampshire. Aunque no se le conocen conquistas en sus menos de dos años en el Senado, consideran que este hombre mulato nacido en Hawaii de padre negro de Kenia y madre blanca de Kansas que asistió a universidades de élite es el político afroamericano con más opciones hasta ahora de llegar a la Casa Blanca. Se aleja del estereotipo de candidato negro que encarnaron activistas del movimiento negro como Jesse Jackson y Al Sharpton.
"Es halagador recibir mucha atención, aunque debo decir que es desconcertante", declara Obama en Manchester.
"Desconfío del bombo publicitario", dice. "El hecho de que mis quince minutos de fama se hayan extendido un poco de los quince minutos es algo sorprendente para mí y completamente desconcertante para mi mujer".
The New York Times escribe en su crónica de la visita que "lo que ven los votantes de New Hampshire es a un senador novato de Illinois que ofrece una fuerte condena de la manera en que se ha hecho política en Washington, y que se posiciona como alguien que, si se presenta, gustaría considerablemente a los demócratas más liberales que tienden a dominar las primarias".
"Creo que en cierta medida me he convertido en un símbolo o un suplente para el espíritu que representaron las últimas elecciones en New Hampshire", reflexiona Obama en Manchester. "Es un espíritu que dice que buscamos algo diferente, que queremos algo nuevo".
Todos quieren saber si se presenta a Presidente. Él insiste en que no lo ha decidido aún: "No quiero verme conducido a tomar esta decisión simplemente porque exista la oportunidad sino porque piense que haría un buen servicio al país presentándome".
Lo que si puede garantizar es que si da el paso, pasará mucho tiempo en New Hampshire. "Si soy candidato a la Presidencia, voy a estar haciendo campaña arduamente en New Hampshire e intentando ganar la primaria".
El principal obstáculo para la ambición de Obama es Hillary Clinton, quien lleva seis años planeando su asalto a la Casa Blanca con el apoyo del último Presidente demócrata -su marido- y la complicidad del aparato del partido. La visita al estado de granito le sirve al joven senador para medir si tiene o no la fuerza suficiente para hacerle frente a Clinton.
"Creo que hoy hemos visto a Barack Obama ascender a la misma categoría que Hillary Clinton", opina el consultor demócrata neohampshireño Jim Demers.
Al menos sí está un escalón por encima de las demás alternativas a Clinton como el Senador Evan Bayh, otro potencial candidato presidencial que ha estado en Manchester en las últimas horas. El demócrata de Indiana convocó solo a unas decenas de personas en una pequeña sala. Apabullados por la inevitable comparación de sus visitas el mismo fin de semana -fue una mala idea-, los asesores de Bayh bromearon con que tenían a 1,000 personas en una sala contigua.
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