"¿Cuántos americanos pagarán 48,000 dólares por un Hyundai?"
Enero de 1988. En un anuncio de televisión, el Congresista por Missouri Dick Gephardt, candidato a la nominación presidencial demócrata, se declara "cansado de escuchar que se culpa a los trabajadores americanos" de los males de la exportación americana y asegura que si los surcoreanos se niegan a disminuir sus barreras comerciales, él tomará represalias como Presidente.
"Sabrán que todavía mostramos respeto por nuestros tratados, porque ese es el tipo de país que somos. Pero también se quedarán preguntando: ¿Cuántos americanos van a pagar 48,000 dólares por uno de sus Hyundais?", dice Gephardt en el spot de sesenta segundos.
El rubio de St. Louis, utilizando un sencillo lema ("Dick Gephardt. Demócrata") y respaldado por muchos sindicatos, está basando toda su campaña en la justicia comercial, poniendo a Japón y Corea del Sur en el punto de mira. Ha propuesto una enmienda para penalizar las prácticas comerciales ilegales de estos países y la brecha comercial que generan con EEUU.
De los muchos anuncios emitidos esta temporada en Iowa, el spot de Gephardt es el más memorable y será considerado por los estrategas de las diferentes campañas como el responsable de realzar la posición de Gephardt entre los votantes del caucus del 8 de febrero, que terminará ganando.
"Se ha convertido en el distintivo de la campaña de Gephardt, el plato fuerte de un mensaje populista más amplio dirigido a los votantes que están frustrados y descontentos por la pérdida de la supremacía americana en el mundo", escribe James Risen en Los Angeles Times.
William Carrick, director de la aventura electoral de Gephardt, explica que la campaña publicitaria de su candidato en Iowa empezó con un anuncio biográfico "para decirle a la gente quién es Dick Gephardt y qué ha hecho" en el Congreso. Le sigue este anuncio en el que Gephardt afirma que si se aplicaran los impuestos y las tarifas surcoreanas, un coche Chrysler K americano costaría 48,000 dólares en Corea del Sur y pregunta cuántos americanos comprarían el equivalente coche Hyundai surcoreano a ese precio. La finalidad del anuncio, dice Carrick, es "mostrar que el programa de política comercial de Gephardt va de justicia, no de proteccionismo", como dicen algunos de sus rivales.
Lee Iacocca, el popular presidente ejecutivo de la Chrysler, dará su visto bueno al spot. "Dick es un buen amigo mío y sabe de lo que habla cuando habla de comercio", dirá Iacocca sin apoyar explícitamente la campaña presidencial del congresista.
Carrick atribuirá el posterior ascenso de su candidato en las encuestas de Iowa al spot por cristalizar su mensaje "sobre comercio y competitividad" y por ser "muy comprensible para el votante demócrata medio del caucus".
Susan Estrich, campaign manager de Michael Dukakis, uno de los rivales demócratas de Gephardt, le dará la razón. "El de Gephardt ha sido el único anuncio que realmente ha hecho la diferencia" en Iowa, admitirá Estrich poco después.
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