29 de abril de 1976. Tras meses amagando con entrar en las primarias demócratas, el Senador Hubert Humphrey, ex Vicepresidente de EEUU y nominado presidencial demócrata de 1968, se autodescarta.
"No entraré en la primaria de New Jersey ni autorizaré a ningún comité o comités a solicitar fondos, a organizarse o a trabajar en mi nombre", declara solemnemente en Washington, DC.
El veterano político de Minnesota, a punto de cumplir los 65 años, decepciona a sus entusiastas, auténticos fanáticos que llevan ocho años esperando la segunda venida de Humphrey y que le han suplicado durante meses que monte una operación oficial para hacer descarrilar a Jimmy Carter, el favorito inesperado que se ha situado con el mayor número de delegados en una carrera en la que el establishment del partido esperaba pacientemente a Humphrey y Ted Kennedy (a qué me suena eso).
Humphrey asegura que no buscará la nominación activamente."No la pediré, no competiré por ella, no la buscaré, no lucharé desesperadamente por ella", dice. "Pero aquí ando", añade, dejando la puerta abierta en caso de que haya un bloqueo en la convención de julio.
"Jimmy Carter va a tener una sustanciosa pila de voto. Con ese tipo de apoyo y con mucho momentum, ese candidato va a conseguir la nominación", opina Humphrey sin hacerse ilusiones.
Su decisión deja vía libre a Carter para conseguir una victoria en la primera votación de la convención de Nueva York. Pero el mensaje que le lanza es: 'Vale, Jimmy, ve e inténtalo. Pero no te enfades conmigo si te quedas corto en una primera votación y la convención termina volviéndose hacia mí'.
Los políticos demócratas del Capitolio, muchos de ellos leales aliados de Humphrey, admiten que manteniéndose al margen de la disputa electoral, Humphrey busca evitar el rencor de los seguidores de Carter si su candidato no consigue salir nominado en una primera o segunda votación en el Madison Square Garden. Así al menos puede poner sus esperanzas en una posible convención abierta y esperarque los delegados de Carter lo apoyen a él antes que a otros que, como Frank Church o Jerry Brown, sí han dado el paso de enfrentarse al ex gobernador de Georgia en las primarias.
"No creo que cambie mucho nuestra estrategia. Creo que el Senador Humphrey ha tomado una buena decisión", declara Carter cuando se entera de la decisión del hombre que llevaba meses acechando sin dar la cara. "Aunque creíamos que podría intentarlo en New Jersey, eso solo le habría dado la oportunidad de competir por unos 150 delegados. Sería una base muy débil para declarar una tentativa exitosa en la convención", dice Carter.
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