El muchacho local y el campeón del voto cruzado pelean en el Medio Oeste
4 de mayo de 1976.Ronald Reagan hace campaña en South Bend, Indiana buscando añadir momentum a su reciente victoria en la primaria republicana de Texas con otra victoria en la primaria de la Encrucijada de América, que sería su primera fuera del Sur.
El candidato conservador tiene la oportunidad de demostrar "que puede ganar fuera del Sur y poner al Presidente Gerald Ford en un agujero político del que solo saldrá, si es que lo logra, si se esfuerza", indica The New York Times.
Ford no ha renunciado a hacer campaña en el estado pero en su equipo ya achacan su posible derrota a la participación en la primaria republicana de los antiguos partidarios demócratas de George Wallace. Se calcula que un tercio de los participantes en la elección republicana de Indiana serán demócratas e independientes que hace cuatro años participaron en la disputada primaria demócrata de aquel año.
El liderazgo republicano estatal apoya al Presidente. "La mayoría de los cargos públicos estatales son partidistas, y casi todos estos cargos, así como otros empleados clientelares, destinan el 2 por ciento de sus salarios a las arcas de los partidos", explica el Times.
Así que Reagan apuesta por redoblar el relato del outsider tanto por convicción como por necesidad. El ex gobernador de California dice que él es el único que puede neutralizar el discurso de candidato del cambio que intentará vender el probable nominado demócrata Jimmy Carter en otoño.
"Jimmy Carter, como yo mismo, al no ser un miembro del establishment de Washington, podrá hacer campaña sobre el cambio que creo que la gente ha demostrado que quiere en Washington", dice Reagan. "Como he dicho a menudo, creo que Washington es el problema, no la respuesta".
Ya puede decirse que Ford es el Presidente titular que más reveses electorales ha sufrido en unas primarias desde William Howard Taft en 1912, cuando este fue derrotado en 12 primarias por su antecesor Teddy Roosevelt. Y podría convertirse en el primer Presidente republicano titular que pierde la nominación de su partido desde Chester Arthur en 1884.
El candidato insurgente ha adelantado a Ford en número total de delegados, aunque el Presidente dice que cuenta con el apoyo de un gran número de delegados no comprometidos en Nueva York y Pennsylvania que no se incluyen en el total oficial.
"Varios oficiales del partido dicen que sospechan que el bloque de delegados no comprometidos, que es de unos 327 hasta ahora, podría decantar el equilibrio de poderes cuando la convención abra sus puertas en agosto en Kansas City. Los grupos más numerosos de delegados no comprometidos son de Nueva York y Pennsylvania, con los demás desperdigados", leemos en el Times.
"Eso podría otorgar un poder de negociación considerable al Vicepresidente Nelson Rockefeller y a su agente Richard M. Rosenbaum, el presidente del Partido Republicano de Nueva York, quien mantiene una estrecha relación con los líderes no comprometidos en todas partes. A cambio de apoyar a Ford, podrían demandar concesiones en el programa electoral o tal vez incluso la nominación a Vicepresidente.
"Cuando empiece la convención, comenta Robert Strauss, el presidente nacional de los demócratas, puede que Rockefeller sea "el tipo sentado en la posición más ventajosa"".
Leemos en la prensa que a la luz de las victorias de Reagan, Ford está revisando su estrategia y ya no se dedicará a responder personalmente a todas las críticas que le lance su adversario.
"Entre las propuestas que están siendo consideradas por los responsables de la campaña del Presidente están el abandono de las sesiones públicas de preguntas y respuestas, que a menudo lo colocan a la defensiva, y un intento de pintar a Reagan como un reaccionario peligroso y no elegible", informa R. W. Apple en el Times.
"Pero los estrategas de Ford, muy sobresaltados por la demoledora derrota del Presidente en Texas e incluso más preocupados por sus derrotas en Indiana, Alabama y Georgia, admiten que no tienen ni idea de cómo evitar que los demócratas se cambien de bando en el futuro, como ocurrió en Indiana, donde dieron a Reagan su victoria por 15,000 votos".
Comentando su victoria en Nebraska, su segundo éxito en el Medio Oeste, Reagan destaca que Ford ya no puede ampararse en ese argumento de que las victorias conservadoras solo se deben al trasvase de votos de demócratas desencantados.
Nebraska "es el estado más republicano de la Unión. No está permitido cambiarse de bando", dice Reagan. "Y es un estado agrícola, lo cual creo que va a ser vital en otoño para las posibilidades republicanas".
14-18 de mayo de 1976."Animados por su éxito en Indiana, las fuerzas de Reagan preparan sus planes para intentar tender una emboscada al Presidente Ford en su propio estado, Michigan. El Senador por Nevada Paul Laxalt, que encabeza la campaña del conservador de California, ha dicho en Washington que él y otros estrategas valoran la posibilidad de un bombardeo de anuncios televisivos para reforzar la campaña en Michigan", leemos en el Times.
Es verdad que Reagan cuenta con muy poca organización en el estado, "pero Michigan sí permite cambiarse de bando, y George Wallace atrajo 809,239 votos para ganar la primaria presidencial demócrata de allí en 1972, lo que sugiere que existe un gran potencial de trasvase de votos. Las fuerzas de Reagan se han movido rápidamente para explotar esa posibilidad".
The New York Timesnos presenta a uno de esos votantes que piensan pasarse de Wallace a Reagan: es Dewey Burton, un trabajador blanco de Detroit. La suya es una de las primeras semblanzas publicadas en prensa de lo que cuatro años después se conocerá como "Demócratas de Reagan".
El encargado de la campaña de Reagan en Michigan, un legislador estatal llamado John Welbourn, repite a los cuatro vientos que el antiguo actor de cine y ex gobernador de California "dice las mismas cosas que decía el Gobernador Wallace hace cuatro años" sobre el busing o la política exterior.
No obstante, en el equipo del Presidente Ford confían en que pese más su condición de hijo favorito del estado. Jerry Roe, director ejecutivo del Partido Republicano de Michigan, declara al Times que "hay un gran orgullo por el hecho de que Ford sea el primer Presidente procedente del estado". El legislador Welbourn "es el único político republicano de cierta importancia local que apoya a Reagan", dice Roe.
En cualquier caso, la norma estatal de adjudicación proporcional de delegados hace que un buen segundo puesto en Michigan no sea malo para Reagan, como admite el propio candidato durante una visita a Detroit tres días antes de la primaria del estado de los Grandes Lagos.
"Voy a hacer campaña tan arduamente como pueda. Voy a intentar hacerlo tan afanosamente como pueda para ganar, pero aquí tenéis delegados proporcionales. Quiero todos los delegados que pueda conseguir, pero no creo que el estado sea tan crucial. En otras palabras, una derrota mía no tendría el mismo impacto que una derrota suya", declara Reagan.
Un día después de la visita del aspirante a Detroit, el Presidente de los Estados Unidos se sube a un tren adornado con los colores de la bandera nacional para recorrer el sur de Michigan haciendo paradas en Flint, Durand, Lansing, Battle Creek, Kalamazoo y Niles.
"Dejad que os diga muy categóricamente: necesito vuestro apoyo el martes y si nos dais el apoyo que sé que nos daréis, tendrá un tremendo impacto de punta a punta del país", dice Ford durante su parada en Durand, un pueblo de unos pocos miles de habitantes. "Yo no decepcionaré a Michigan y vosotros no me decepcionéis el 2 de noviembre o el próximo martes".
Hay una expresión de urgencia en las palabras de Ford porque sabe que tiene que ganar sí o sí en Michigan para demostrar que sigue siendo un candidato nacional viable.
"Para el Partido Republicano, cualquier cosa que no sea una victoria aplastante de Ford, lo suficientemente grandecomopara minimizar el desafío de Reagan, será una mala noticia. Una victoria ajustada de Ford dejaría a los republicanos igual que ahora: con un Presidente titular muy débil empatado con un conservador doctrinario, garantizando una gran división hasta la convención y quizás después de la convención", pronostica el Times.
Si Ford no gana en Michigan, no se descarta la entrada de nuevos candidatos en la competición republicana. "Los elogios del Vicepresidente Nelson Rockefeller al Presidente se han vuelto más cautos en los últimos días. El Senador por Tennessee Howard Baker ha cuestionado en público su propia decisión de no entrar en las primarias. Y el ex Gobernador de Texas John Connally ha estado recorriendo el país discretamente", leemos en el Times.
Finalmente, el "voto cruzado" no será suficiente para Reagan y el "muchacho local" Ford ganará Michigan con el 65 por ciento de los votos. Una de las claves será que la igualdad entre los demócratas Jimmy Carter y Mo Udall en Michigan (Carter ganará la primaria por menos de un punto) provocará que muchos demócratas tentados de participar en la primaria republicana se sientan obligados a permanecer en la primaria demócrata.
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