15 de julio de 1976. Unas horas después de que la convención nacional demócrata haya confirmado su nominación, Jimmy Carter comparece ante la prensa para anunciar la identidad del hombre que le acompañará en el ticket demócrata.
"Tengo dos anuncios. Uno es que he decidido aceptar la nominación presidencial y el otro es que he pedido al Senador Walter Mondale de Minnesota que sirva como mi compañero de fórmula si los delegados lo aprueban", dice el ex gobernador de Georgia en el Hotel Americana de Nueva York, a diez minutos del Madison Square Garden que alberga la convención.
"Como podéis imaginar, esta ha sido una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar nunca. Pero no tengo ninguna duda en absoluto de que he tomado la decisión correcta", explica el candidato.
Carter asegura que las cualidades personales de Mondale y su compatibilidad con las suyas propias han pesado más que el cálculo electoral en su decisión. Opina que a la hora de la verdad eso suele terminar siendo "lo mejor electoralmente".
"Nunca ocultaría los secretos militares y de seguridad al Vicepresidente. Me siento completamente compatible con el Senador Mondale. No creo que haya una sola ocasión en que exista alguna reserva entre él y yo que impida una completa comunicación en un momento de crisis o en el desarrollo de alguna circunstancia imprevista", comenta Carter.
Pero la selección tiene unas implicaciones políticas claras, entre las cuales la más importante es que ayudará a unir al partido. Mondale es un protegido de Hubert Humphrey, el fantasma que durante meses ha amenazado la nominación de Carter sin tomar parte en las primarias. Complacido, el ex Vicepresidente ha aceptado ser el encargado de presentar la candidatura vicepresidencial de Mondale a los delegados en el pleno de la convención.
"La decisión ha sido muy popular en el ala liberal del partido, el que más obstinadamente se ha resistido a la imparable marcha de Carter hacia la nominación presidencial. También ha sido muy aceptada en la mayor parte del establishment político de Washington, que había observado al 'outsider' de Georgia con inquietud", escribe Charles Mohr en The New York Times.
Mohr cuenta que Carter ha revelado a algunos periodistas que ha cambiado hasta tres veces de opinión desde que ató la nominación en junio, "primero inclinándose con fuerza por uno de los senadores, luego por un segundo y después por un tercero". No ha dado los nombres, aunque se sabe que ha habido seis finalistas, todos senadores: Ed Muskie, John Glenn, Frank Church, Adlai Stevenson III y Henry Jackson, además de Walter Mondale.
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